La remodelación del Estadio Municipal de Balaídos es una de las noticias más relevantes en las últimas fechas. El Celta impulsó esta remodelación, de la mano del Concello de Vigo, que para hacerlo debía contar también con el apoyo de otras instituciones, como la Diputación de Pontevedra. El ente autonómico, presidido por Louzán, aceptó en un principio unirse a la fiesta de la reforma, pero tras algunos sucesos acaecidos desde entonces hicieron que cambiase de opinión.
La puesta de largo de las obras de la grada de Río Bajo, contaron con la presencia de Abel Caballero, alcalde de Vigo, al lado de Carlos Mouriño, pero no había ni rastro de ningún representante de la Diputación. Este hecho molestó mucho a Louzán. Es lógico, si hablamos en términos políticos, poner dinero -de todos los contribuyentes- para cualquier cosa solo tiene sentido si hay una foto en la que posar. Si se habla de la reforma total del estadio y no se le invita a salir en la foto, ya no interesa tanto el desembolso.
Así las cosas, y en plena campaña electoral, Louzán anunció que la financiación de las gradas restantes, gol y marcador, entraba en un impás. Todo ello después de anunciar previamente que ya tenía el dinero necesario para ayudar a la financiación. Con las obras paradas, por el momento, Abel Caballero con la fortaleza de los votos, ha instado a Louzán, aún presidente de la Diputación, a financiar la obra si no quiere que lo haga Carmela Silva cuando ocupe su lugar.
Las elecciones municipales del pasado domingo desbancaron al Partido Popular de la poltrona municipal, y en caso de que PSOE Y BNG lleguen a un acuerdo, será Carmela Silva, a propuesta de los socialistas, la nueva Presidente de la Diputación. Brazo derecho de Caballero, y madre de Iago Falque, se espera que en ese escenario, la reconstrucción de Balaídos sea un poco más sencilla, pero a buen seguro que esto no será el último capítulo de una chapuza mediática llevada al límite por Caballero y Louzán, con el dinero y la paciencia de los contribuyentes.
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