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| Foto: EFE |
A pesar de que Charles solo militó una temporada en Almería, su paso por el cuadro rojiblanco ha sido fundamental para el relanzamiento de su carrera. El brasileño, que juega en España desde hace diez temporadas, ha tenido un camino largo y duro hasta alcanzar la máxima categoría, que por su calidad tal vez debió alcanzar con anterioridad. Fichó por un Pontevedra que estaba en Segunda División, pero los granate cayeron a la Segunda B y allí estuvo otras cinco temporadas, destacando especialmente en las dos últimas, en las que alcanzó quince goles en cada una de ellas.
Con 26 años regresaba a la división de plata, en las filas de un Córdoba que aspiraba a cotas altas, aunque casi siempre fallaba. El fichaje de Charles le dio un empujón, aunque no ayudó a lograr el ascenso. Charles marcó 22 goles en dos temporadas, cifras discretas para un delantero con mucho trabajo sin balón, pero que debía de ser más letal para llamar la atención.
Y entonces se cruzó el Almería en su camino. Charles encontró en Los Juegos del Mediterráneo el mejor momento de su carrera deportiva. Explotó como goleador en masa alcanzando el pichichi con 27 goles, y firmando cifras brutales en el play off de ascenso, donde se convirtió en vital para su equipo anotando cinco goles en cuatro partidos, que permitieron al Almería ascender de forma cómoda a la máxima categoría.
Para cuando empezó la promoción de ascenso, Charles ya tenía un contrato firmado por el Celta, que se hacía con el máximo goleador de Segunda División, sin desembolsar un euro. Un gran acierto por parte de la dirección deportiva céltica, refrendado la pasada temporada cuando Charles anotó 12 goles en su debut en la máxima categoría. Este año, con el fichaje de Larrivey, le ha tocado más banquillo, pero aún así ha podido anotar tres goles, alguno, como el marcado ante el Levante, especialmente importante. Sigue siendo un gran delantero y regresa al lugar donde explotó como futbolista. Allí aún lo quieren.
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