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| Foto: Marta Grande |
Uno de los grandes responsables del bueno momento que atraviesa el Celta en las últimas semanas es andaluz y lleva el diez del Celta a sus espaldas. El de Sanlúcar de Barrameda ha dado un salto de calidad en los últimos encuentros, que contagia a sus compañeros. Nolito es un futbolista capaz de hacer mejores a los que tiene a su alrededor. Con el paso de los años su fútbol ha evolucionado, sin perder un ápice de su eficacia ofensiva, ha sabido ayudar a sus compañeros convirtiéndose en un gran asistente.
Ayer volvió a dar otro recital de lo mejor que sabe hacer: Jugar al fútbol. Lo demostró a los ocho minutos con los amagos dentro del área que hipnotizaron a la zaga blanca finalizando la acción con su sutil disparo que sorprendió a Casillas. Sergio Ramos hubiese aplaudido de no ser porque tenía una de sus botas en la mano.
Y lo siguió intentando, porque Nolito es como un martillo pilón, capaz de desesperar por su insistencia. Decía tras el partido Berizzo que el andaluz “ha retomado su inicio de Liga. A su peligrosidad le ha añadido gol. Se parece muchísimo al de las primeras diez jornadas”, aquel cuyas apariciones ponían en jaque a todas las defensas.
Hay quien dice que Nolito es un jugador de primera-verano, y un poco de otoño, y lo cierto es que sus dos inviernos en Vigo no han dado lo mejor de sí mismo. Ahora, con los calores cercanos y cuando el final de la liga ya se otea en el horizonte, regresa la mejor versión de Nolito. Hay que aprovecharlo.
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