Augusto Fernández vivió un partido especial en la noche del sábado. El centrocampista argentino, que llegó a Vigo en el verano de 2012, jugó ante el Rayo Vallecano su partido número 100 con la camiseta del Celta. El desglose de sus partidos oficiales con el conjunto celeste contemplan 93 partidos de Liga, en los que ha anotado 9 goles, y 7 partidos de Copa del Rey, en los que aún no se ha estrenado como goleador.
El argentino llegó a Vigo como un extremo derecho puro, algo reconocido por el propio jugador, que en la rueda de prensa de presentación aseguró que solo se veía jugando en esa posición. Su calidad es indiscutible, y durante la primera temporada dio un buen rendimiento en la banda, pero la falta de velocidad le limitaba en ocasiones. Luis Enrique lo probó como interior, donde mejoró su rendimiento, y Berizzo ha rizado el rizo colocándolo como mediocentro defensivo, donde sencillamente se está saliendo.
Por eso, el partido del sábado fue tan especial para él. Más allá del centenario, cuestión de la que tal vez ni se percató, sino por su situación personal dentro del equipo. Augusto ha quitado del once inicial a Radoja, uno de los jugadores más destacados en la primera vuelta, y se ha ganado el reconocimiento de la afición que lo despidió el pasado sábado con una de las mayores ovaciones que se recuerdan, incluso a la altura de Santi Mina, el canterano de 19 años que acababa de marcar cuatro goles. No se le olvidará su centenario.
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