Foto: Lalo Villar |
Vaya por delante,
y con evidencias, que no hizo el Celta su mejor partido. Que el
Elche, con sus armas, le complicó la vida a los de Balaídos hasta
el punto de que, por juego, no resulta del todo injusto el empate a
un gol con el que finalizó el encuentro en la noche de ayer. Otra
cosa es por ocasiones y calidad, ahí sí que el Celta mereció una
victoria a la que el Elche ni se asomó por falta de peligro en el
área contraria.
Yendo por delante
todo ello, lo difícil es explicarse el porqué de un penalti
inventado por un trencilla, Velasco Carballo, que ya le tiene tomada
la medida a los vigueses. No es la primera vez, ni creo que sea la
última (ya se sabe que lo de las neveras solo funciona con un grande
metido en harina), que este árbitro perjudica a los celestes con
decisiones cuanto menos rigurosas. La del penalti que supuso el
empate ilicitano es una más, si acaso provocada por el descarado
piscinazo de Víctor en lo que es una actitud tan sancionable como la
mala actuación arbitral. En esta Liga de la que nos sentimos tan
orgullosos, ambas situaciones pasarán desapercibidas ante los goles
de Cristiano Ronaldo y Messi, volviendo a repetirse una y otra vez
independientemente de los equipos que se enfrenten.
Pero lo cierto es
que ofrecieron los del Toto Berizzo un partido bastante descafeinado.
Fuese por el día de la semana, la hora o el inclemente tiempo que
azotó a Galicia estos días; el juego del equipo distó mucho de las
dos últimas y brillantes jornadas. Lo hizo bien el Elche y, sobre
todo, lo hizo bien Escribá. Apenas con unos pocos mimbres pudo el
entrenador visitante taponar el medio del campo con una espectacular
presión que no dejó jugar a los Michael Krohn-Dehli y Augusto
Fernández. Los tres puntas, especialmente Nolito y Orellana,
estuvieron más estáticos de lo normal y a pesar de un buen arreón
inicial, el partido se fue ralentizando y el Elche consiguió poco a
poco su objetivo. Incluso los últimos minutos del primer tiempo
disfrutó de alguna ocasión y comenzó a hacerse con el balón.
Esa espesura se la
quitó de encima el Celta al volver de vestuarios. Los primeros
quince minutos del segundo acto sí nos trajeron al Celta más
reconocible. Augusto consiguió liberarse y el equipo comenzó a
jugar como sabe, con Krohn-Dehli rompiendo líneas de presión y
Nolito con su habitual electricidad. Así llegó el primer gol del
partido, tras saque de banda de Jonny y espectacular pase al hueco
del andaluz. El lateral de Matamá se encontró tan solo que condujo
el esférico hasta la llegada del gran danés: segundo gol con la
camiseta celeste y sonora ovación del respetable. El 'Krohn-Dehli,
quédate' es ya un clamor idealista, pero que nos quiten 'lo bailao'.
La lata ya estaba
abierta y, sin embargo, se cerró el puño. Incompresiblemente, los
locales renunciaron poco a poco al partido hasta recular en exceso en
los últimos 20 minutos. El Elche, con poco peligro, fue plantándose
poco a poco en el área hasta que Velasco decidió que la salsa ya la
ponía él. Picó en el engaño y se dejó llevar por la inocencia
defensiva del propio Krohn-Dehli. Lombán anotó y quedaba tan poco
tiempo que las naves quemadas en los últimos instantes de poco
sirvieron. La tuvo Álex López, pero el balón se fue lamiendo el
palo. Berizzo, una vez más, fue tardío en los cambios cuando quizá
el equipo necesitaba más aplomo en el medio y chispa arriba. Pocos
minutos para Larrivey y nulos para el 'Tucu' terminaron por
sentenciar el partido.
Finalizaba así un
encuentro raro, en el que el Celta no estuvo cómodo en casi ningún
momento y al que Velasco le puso la guinda. Una buena oportunidad
desaprovechada de volver a enganchar una racha importante de
victorias antes del difícil duelo que espera el domingo en
Villarreal. Allí, por la naturaleza del partido y las citas
acumuladas de los castellonenses, habrá que ser menos conformista y
buscar la victoria de tú a tú. De otra forma ni una 'carballada' a
nuestro favor será suficiente.
Sígueme en
Twitter: @germasters
0 comentarios:
Publicar un comentario