Los más jóvenes seguramente no lo recuerden, aunque no hace tanto que Adrián González jugó en el Celta. Lo hizo concretamente en el año 2007, cuando llegó a Balaídos procedente de la cantera del Real Madrid en calidad de cedido. A Vigo llegó con apenas 19 años recién cumplidos y las ideas todavía en desarrollo. Le pesó ser el hijo de Míchel, una estrella de la Liga en los años ochenta, y cierta actitud pasota que no gustó a un buen sector de la afición.
En la práctica, su presencia con el equipo fue prácticamente inexistente. Solo jugó un partido de titular, y apenas acumuló cuatro partidos oficiales con los célticos, uno de ellos en Copa del Rey. En el mes de diciembre, y a pesar de que la cesión era hasta final de temporada, llegó a un acuerdo con el Celta para rescindir y emprendió una nueva aventura, también cedido, en el Nàstic de Tarragona.
A pesar de no demostrar mucho en tierras catalanas, Adrián debutaría al año siguiente en Primera División, y desde entonces no ha bajado de categoría, defendiendo los colores de varios equipos: Getafe, Racing de Santander, Rayo Vallecano, y por último Elche, a donde llegó el pasado verano, y donde está jugando bastante como mediocentro.
Este lunes regresará a Balaídos, y será interesante conocer de antemano la reacción de la parroquia viguesa cuando se mencione su nombre por la megafonía, o si es sustituido durante el partido. De momento nos conformamos con esta pequeña encuesta en la que os agradecemos participar.
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