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| Foto: Xoan Carlos Gil |
Sufridísimo triunfo del Celta esta noche en Balaídos, rompiendo una racha que duraba diez partidos sin conocer la victoria. Fue un partido con dos caras completamente distintos, 60 minutos de dominio total celeste y 30 minutos de sufrimiento innecesario. El Celta cambió completamente su cara tras el gol, cediendo mucho terreno y quedando a merced del rival. También hubo psicosis árbitral, añadiendo un ingrediente más a un partido de infarto.
Berizzo revolucionó su once presentando un equipo eminentemente ofensivo, con la sorpresa de Augusto Fernández como medio centro defensivo, y dejando a Radoja en el banquillo. Arriba también hubo novedades, ya que Orellana actuó como mediapunta o interior, y Santi Mina como extremo derecho. Un once tremendamente ofensivo, casi suicida, que evidenció muestras de debilidad en el primer minuto de juego con la primera contra del Córdoba salvada por Sergio.
Pero fue un espejismo. Lo que parecía una temeridad en principio, se convirtió en una jugada maestra de Berizzo, con un Augusto impresionante, robando balones como el pivote más agresivo, y sacando el balón con la calidad que se le presupone. El primer cuarto de hora del Celta fue sublime, con una sucesión de llegadas y ocasiones que milagrosamente no acabaron en gol.
A los 4 minutos la primera para el Celta, con un remate de Larrivey dentro del área pequeña, y dos minutos después, un gran pase de Nolito es rematado por Santi Mina, en posición forzada. El disparo del canterano fue desviado, pero muy cerca del palo. Otra vez Larrivey, un minuto después, resolvió mal tras una genial jugada de Orellana.
El Celta avasallaba al Córdoba, que bastante hacía con contener como podía las acometidas celestes. Santi Mina, que arrancó el partido como un ciclón, obligó a lucirse a Juan Carlos tras una gran acción personal, y en el mismo minuto fue Krohn-Dehli quien hizo trabajar nuevamente al meta. Tras esta acción, Juan Carlos solicitó la entrada de las asistencias médicas y cortó el ritmo del Celta en cierto modo.
Superada la media hora el Celta cogió fuerzas y tuvo otro pequeño arreón. Se pidió penalty a los 36 minutos por una caída de Nolito dentro del área, y acto seguido dos nuevas ocasiones viguesas, primero con un disparo de Krohn-Dehli, y posteriormente con un pase fantástico del danés que desaprovecha Larrivey. El propio delantero argentino tuvo una ocasión inmejorable al borde del descanso cuando se plantó solo ante Juan Carlos gracias a otro pase de Krohn-Dehli, pero no pudo definir.
El Celta arrancó la segunda mitad con una marcha menos que la primera, pero a los 10 minutos logró el premio que había merecido en la primera. Lo hizo tras una gran jugada iniciada por Mina, cuyo paso dejó pasar Orellana y Nolito empalmó con su alma el balón al fondo de las mallas. Golazo marca de la casa del andaluz.
Tras el gol, el Celta entró en psicosis absoluta. Cedió terreno incomprensiblemente, fruto de la tensión por los diez partidos sin ganar, y la grada también trasmitía un nerviosismo preocupante. Sergio evitó el empate a un cuarto de hora del final con una estirada felina. Unos minutos antes había entrado al terreno de juego Álex López en lugar de Santi Mina.
A diez minutos del final, una alocada entrada de Planas heló la sangre de la hinchada céltica. Teixeira Vitienes señaló penalty, pero su asistente sostenía que había plancha previa de un jugador del Córdoba en dicha acción. El partido estuvo parado durante unos cinco minutos, mientras el colegiado, que llegó a señalar el punto de penalty, acordaba con su linier que decidir. Finalmente la jugada acabó con falta a favor del Celta.
El Córdoba fue incapaz de superar la decepción, y el Celta también supo adelantar su líneas lo suficiente para tener más el balón y evitar el peligro. Incluso pudo marcar Larrivey, en una acción calcada al gol de Getafe, pero el argentino no estuvo fino a la hora de definir. Final del partido y los jugadores del Celta tirados en el suelo, aliviados, como los 15.000 celtistas que se dieron cita en una de las noches más frías que se recuerdan en Balaídos.
Victoria que da la vida al Celta, y a Berizzo, que tras este encuentro seguirá al frente del banquillo. El conjunto celeste se queda con 24 puntos, siete por encima del descenso, pero con la sensación de que aún hay muchas cosas que mejorar para reconducir la situación. El próximo fin de semana salida complicada a San Sebastián, que supondrá una nueva oportunidad para seguir huyendo de la quema. Pero eso será otra historia.
Ficha técnica
CELTA: Sergio, Sergi Gómez, Cabral, Fontás, Planas, Augusto (Pablo Hernández, min.89), Krohn-Dehli, Santi Mina (Álex López, min.66), Orellana (Radoja, min.78), Nolito y Larrivey
CÓRDOBA CF: Juan Carlos, Pantic, Crespo, Deivid (Borja Garcia, min.78), Rossi, Gunino, Edimar, Ghilas, Bebé, Florin y Heldon (Abel, min.46)
Goles: Nolito (min.55)
Árbitro: Antonio Texeira Vitienes, del comité cántabro. Amonestó a Orellana, Santi Mina, Heldon, Bebé, Abel
Campo: Balaídos, 15.502 espectadores
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