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| Foto: Marta G. Brea |
Álex López se reencontró con el gol después de 335 días de sequía, lo que va desde el 23 de noviembre de 2013 hasta el 24 de octubre de 2014. Casi un año sin que el ferrolano pudiese celebrar un gol, demasiado tiempo para un futbolista que, desde que llegó al primer equipo celeste, no había tenido nunca una sequía tan prolongada. Es evidente que las funciones de Álex López van más allá del mero aspecto goleador, pero lo cierto es que nos había acostumbrado a marcar con cierta regularidad y esta sequía comenzaba a ser preocupante.
Una sequía que arrancó el pasado curso. El ferrolano tuvo un inicio de campeonato espectacular, anotando 5 goles en sus 14 primeros partidos, unas cifras que parecían apuntar hacia un registro global espectacular para un centrocampista. Sin embargo, el ferrolano se secó, a partir de ahí no logró embocar nunca más el balón en la meta contraria. Poco a poco fue perdiendo importancia en el equipo, cediendo protagonismo -y minutos- a otros jugadores.
El ex del Narón no volvió a marcar hasta la noche de ayer. 335 días y 1.636 minutos de juego han tenido que pasar para volver a encontrar el dulce camino del gol. Y eso que este año ha gozado de varias ocasiones en los primeros partidos de Liga, donde estuvo muy desacertado fallando goles que otrora anotaría con facilidad. Por eso no extraña su celebración, donde se mezcló la rabia con el alivio. Álex marcó justo el día en el que perdió la titularidad en favor de Pablo Hernández.
No sabemos si su suplencia será circunstancial o definitiva, pero lo cierto es que Álex López, al que se le exige que marque de vez en cuando, aporta mucho más que goles. Un buen ejemplo es su pase a Nolito en el segundo gol. Sin esa rápida prolongación, hubiese sido casi imposible el tanto de Larrivey. Se le pide eso precisamente, pero si además marca, hablamos de un jugador que sería titular en casi todos los equipos de Primera.
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