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Foto: Ricardo Grobas |
Un once tipo
Aunque Berizzo se ha esforzado en defender la idea de que no cuenta con un once definido y que todos los miembros de la plantilla deben sentirse suplentes, lo cierto es que el argentino ha apostado claramente por un grupo de jugadores que se repite en la alineación partido tras partido. Tres días después del extenuante choque en el Vicente Calderón ante el Atlético, el Celta salió al campo con un solo cambio en el equipo titular, el de Nolito, que había llegado muy justo a Madrid tras una lesión, por el argentino-chileno Pablo Hernández.
Estrategia desde la banda
Poco más de tres minutos tardó el Celta en abrir el marcador y lo hizo con un saque de banda, en una jugada de estrategia. Larrivey atrajo a Laure y a Lopo, prolongó hacia atrás con la cabeza y el balón cayó a los pies de Nolito, que definió con mucha habilidad tras quebrar la cintura de Sidnei, el único defensor que se interpuso entre él y Lux.
La tensión del derbi
El gol tempranero invitaba a pensar en un derbi cómodo para los vigueses, pero nada más lejos de la realidad. Entre la presión que ejercía el Deportivo en todo el campo y la propia tensión de los locales, el Celta nunca llegó a combinar con la alegría con la que lo había hecho en todos los encuentros anteriores. Poco a poco, la euforia del primer tanto se fue desvaneciendo mientras el conjunto coruñés, que no se acercó a la portería de Sergio hasta el minuto 26 con un saque de falta, empezaba a crecer.
Despiste generalizado
Al descanso se llegó con el 1-0, pero en la reanudación, un despiste generalizado de la defensa celeste permitió al Deportivo empatar el encuentro. Postiga abrió el balón a la derecha para Juanfran, que envió un centro al área que atrapó Cuenca para enviar a la red.
Estrategia desde la esquina
Con el empate, el Celta se atascó todavía más en ataque. Berizzo reaccionó dando entrada a Augusto Fernández y retirando a Álex López, poco operativo ayer al igual que su compañero en la medular Michael Krohn-Dehli. Aunque el juego céltico no mejoró demasiado, al menos dio para coleccionar unos cuantos saques de esquina. Y de uno de ellos, acabó llegando el 2-1. Nolito lanzó el córner al punto de penalti y Larrivey, sin oposición tras librarse de su marcador momentos antes, cabeceó de forma inapelable adelantándose a la salida de Germán Lux.
Sergio Álvarez, salvador
En los últimos minutos del partido, el Deportivo apretó en busca del empate y estuvo cerca de conseguirlo. Cabral detuvo con la mano desde el suelo un balón que conducía Sidnei y el árbitro decretó penalti. Era el minuto 88 y el fantasma de los derbis perdidos en Balaídos –hacía siete años y medio que el Celta no ganaba uno– sobrevoló de nuevo el estadio. Pero Sergio Álvarez sacó toda su inspiración –y buena suerte– en el momento más oportuno y detuvo el lanzamiento ajustado al palo de Mendunjanin. El derbi se decidió desde el balón parado.
Javier D. Campa / Atlántico Diario
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