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| Foto: Jorge Landín |
En el último ensayo de la pretemporada, el Celta volvió a mostrar la solidez de un equipo preparado para el inminente comienzo de la competición liguera. Berizzo alineó en la primera parte un once con mayoría de supuestos suplentes y aun así, los vigueses dominaron sin problemas a un Cagliari que apenas inquietó. En la segunda mitad, con la entrada de cinco teóricos titulares de una tacada, el conjunto vigués arrolló a los italianos.
Ocho cambios en el once
El Celta que saltó ayer de inicio a Balaídos presentaba ocho cambios con respecto al que venció el Deportivo el pasado miércoles. Sólo Fontás, Álex López y Jonny -esta vez en el lateral izquierdo– repitieron con respecto al once de Pasarón. Rubén, Hugo Mallo, Radoja, Santi Mina, Charles, Madinda y Sergi Gómez fueron las novedades.
Presión y paciencia
Aunque cambien los nombres, el Celta de Berizzo mantiene el mismo estilo de juego, con una presión alta para tratar de recuperar el balón lo más cerca de la portería contraria y paciencia y toque cuando la pelota está en su poder. Así fue ayer en las dos mitades, aunque con distintos protagonistas.
Radoja
En su primer partido con la camiseta celeste. Nemanja Radoja empezó algo nervioso, pero se entonó muy pronto y dio muestras de poder llegar a ser el mediocentro que necesita el Celta: colocación, vocación defensiva y criterio en el pase.
Revolución tras el descanso
Aunque dominó toda la primera parte, el Celta se fue al descanso con un solo gol de ventaja, obra de Santi Mina en el minuto 6. Berizzo revolucionó el once en la reanudación con la entrada de Cabral, Planas, Krohn-Dehli, Orellana y Nolito y el equipo vigués se hizo mucho más profundo y efectivo. Cabral, a la salida de un córner; Orellana, de penalti; y Nolito, en una jugada personal, sellaron la goleada sobre el Cagliari.
Portería y punta de ataque
Berizzo sigue sin mostrar todas sus cartas y, a una semana del comienzo de la liga, aún no ha apostado por un titular en la portería y la punta de ataque. Ayer salió Rubén como guardameta y cumplió. Charles, sin embargo, no tuvo su día como referente ofensivo.
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