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| Foto: FDV |
El partido amistoso que disputaron en julio de 2013 el Celta y el Oporto en el Estadio do Dragao de esta ciudad portuguesa se vio empañado por el clima de tensión que crearon los grupos radicales de ambos clubes antes, durante y después del encuentro. Una rivalidad que se tradujo en altercados que derivaron en agresiones y daños materiales. Y lo ocurrido está ahora bajo investigación de la Justicia lusa, que acaba de solicitar la colaboración de los juzgados de Vigo para que se tome declaración en la ciudad olívica a medio centenar de seguidores célticos en calidad de arguidos, figura del sistema judicial del país vecino similar a la del imputado en España. Los interrogatorios aún no tienen fecha, pero se harán de forma escalonada durante varios días.
La petición, formulada a través de una carta o comisión rogatoria, llegó a los juzgados vigueses esta misma semana, remitida por la 1ª Sección del Departamento de Investigación y Acción Penal de Oporto, que lleva la investigación judicial. Realizado el reparto, corresponderá al Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo citar e interrogar en calidad de imputados a las 50 personas que vienen identificadas en el documento, para después remitir las diligencias a Portugal.
La Justicia lusa pretende esclarecer así la posible implicación de estos aficionados en los enfrentamientos físicos entre seguidores del Celta y del Oporto en aquel partido amistoso, con el que el club portugués celebraba además sus 120 años de historia. Aunque no ha trascendido, lo previsible es que en el país vecino ya hayan declarado -o vayan a hacerlo- también como arguidos hinchas del Oporto, que según describió en su día la afición viguesa mostraron una actitud hostil y agresiva.
Dado el elevado número de personas que deben declarar, el proceso se realizará en varios días. La posibilidad de interrogar a todos en una misma jornada se descarta, entre otras razones porque no habría abogados de oficio suficientes para asistirlos. Por su condición de imputados, tienen que llevar asistencia letrada, y aunque es previsible que haya celtistas que opten por abogado particular, muchos otros no lo harían, por lo que habría que recurrir a los de oficio. Y sólo se dispondría de 14: los 4 juristas que estuviesen de guardia ese día y los 10 que integran la lista de emergencia.
El encuentro en el que se produjeron los enfrentamientos que ahora están bajo la lupa judicial se celebró el 28 de julio de 2013. Tras la salvación in extremis del equipo vigués en la temporada que acababa de finalizar, fueron cientos los aficionados celtistas que acudieron a Portugal para ser testigos directos del encuentro, que suponía también el debut como entrenador de Luis Enrique. En total, viajaron a Oporto 800 seguidores, en autobuses y en coches particulares.
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