![]() |
Foto: M. Moralejo |
Llegó el 8 de junio 2013 y se marcha once meses después, pero Luis Enrique se ha convertido en el primer técnico que no se va por la puerta de atrás en la era Carlos Mouriño. El futuro entrenador del Barcelona será recordado en Vigo por su método, cuidado hasta la obsesión, por su falta de cintura en momentos complicados, pero sobre todo por los resultados y el juego desplegado. También por su personalidad, que lo ha eclipsado casi todo esta temporada.
SU MÉTODO
Todo para ayudar a los jugadores
«Es el entrenador que más nos ha facilitado el trabajo», han comentado en varios ocasiones veteranos como Oubiña y Bermejo a lo largo de la temporada. El método de Luis Enrique está dirigido a eso y seguro que pervivirá en el tiempo en A Madroa. Lo de grabar entrenamientos, lo de enseñar en vídeo cada ejercicio antes de la sesión y lo de destripar cada movimiento del rival para que el jugador tenga el partido digerido.
PERSONALIDAD
Un proyecto en torno a un hombre
El proyecto y la filosofía del Celta van más allá de Luis Enrique, pero su personalidad ha hecho que él fuera la referencia absoluta del equipo a lo largo de toda la temporada. Su protagonismo ha estado por encima del acaparado por la plantilla. Además, ha tenido manga ancha en las decisiones de club y para la afición se ha convertido en todo un ídolo.
RIESGOS
Inventor de posiciones, amante del ataque
Reconvirtió sin éxito a Toni, movió a Fontás y a Aurtenetxe en multitud de ocasiones, Rafinha alteró el medio y la banda y por encima se inventó a un jugón sin un gramo de músculo como Krohn-Dehli como pivote defensivo, quizás su gran descubrimiento y su gran acierto. Todo para fomentar cada día el fútbol de ataque. Ser siempre un equipo protagonista y reconocible.
ERRORES
Evidencias prolongadas en el tiempo
Aunque el equipo comenzó bien, fue un espejismo. A Luis Enrique le costó dar con la tecla. Había anunciado de que los principios serían duros, pero el equipo tardó cinco meses en coger velocidad de crucero (en enero). Antes pagó errores tácticos notorios, como la salida de balón desde el pivote, y agujeros negros como el lateral izquierdo o el centro de la defensa. También la explosión tardía de jugadores capitales como Rafinha o Nolito.
ACTITUD
Una plantilla entregada y comprometida
Cuando está a punto de echarse el telón de la temporada, Luis Enrique solo ha repetido en una ocasión el once, y para eso, en el mes de agosto. Desde entonces se ha pasado el curso probando y cambiando cosas. Se supone que en busca de la excelencia. Esto le ha permitido tener a todos los jugadores enchufados. Hasta los menos protagonistas están a muerte con su idea.
LA PRESIÓN
Intensidad por encima de cualquier precepto
Si algún mensaje ha calado en su año en Vigo es que la calidad no basta para jugar. Hasta que los Orellana o Nolito, por poner dos ejemplos, no se pusieron las pilas defensivas, apenas jugaron. La presión y la exigencia no se negocian en este Celta, se exigen.
HERMETISMO
Un núcleo duro y un búnker
Luis Enrique ha estado rodeado en Vigo en un extenso grupo de colaboradores que han actuado como un clan en todo momento, sin una sola aparición pública y dejando siempre el foco para el primer entrenador. A este hermetismo se une el cerrar las instalaciones de A Madroa a cal y canto para la práctica totalidad de los entrenamientos. Incluso cuando la ciudad deportiva era un hervidero por los compromisos del fútbol base.
SU LEGADO
La mejor clasificación de los últimos tiempos y el récord a domicilio
Luis Enrique permanecerá en las hemerotecas celestes por marcharse con el récord de triunfos (ocho) a domicilio, pero también por la clasificación alcanzada con independencia del desenlace de esta noche. A nivel de fútbol el Celta actual pasará a la historia como uno de los más estilistas.
0 comments:
Publicar un comentario