Cuando fuimos campeonas


Fue tal día como ayer, hace quince años. cuando Vigo y una extraordinaria plantilla se reivindicaron ante el país. Casi como en los años 70, cuando una ciudad con aeropuerto pero mal comunicada por carretera se atrevía a discutir el título a Madrid y Barcelona.

Lo consiguió el Celta, siempre él. Antes como sección del club balompédico (1969 a 1988), después como C.D. Bosco asociado al nombre céltico desde 1998. La Liga caía 17 años después del 'superplantel' del doblete (1982). Con todo, la de O Berbés en 1999 resultó maravillosa. "Recuerdo la alegría inmensa de aquel momento después de un año muy duro de trabajo tanto físico como psíquico", dice Mar Xantal, retirada del baloncesto en 2010 y madre desde hace unos meses, como antes lo fueron Cebrián o Carme González. Para quien ejercía de capitana céltica, aquel supuso su primer título nacional de clubes (ya había sido campeona de Europa con España en 1993), al que siguieron dos más: la Liga de 2000 y la Copa de 2001.

Sin embargo, el dulce logro no se desprende de un hecho de enorme dolor. "La primera persona que me viene a la cabeza cada vez que lo recuerdo es José Manuel (Gómez Carballo)", el presidente del club, que se iría abruptamente en 2001 en accidente de tráfico en el que también perdería la vida un vicepresidente, Camilo Pérez.

Pero en abril del 99 la crónica negra aún estaba por escribirse. Aquel triunfo, un 2-0 en el play-off final contra el Halcón Viajes salmantino, supondría la segunda de las tres finales de Liga que el Celta Banco Simeón jugó en fila ante Pool (97-98, derrota 2-1), Halcón (98/99) y Gran Canaria (99/00, favorable 2-1) y la certificación de que aquel grupo, que aún se relaciona entre sí, iba lanzado hacia la historia. 

Laura Grande y Carme González como bases, Mar Xantal, Pilar Valero y Paloma Sánchez en las alas, y Betty Cebrián, Chasity Melvin e Iria Villar en el juego interior, además de Mireia Navarrete (gravemente lesionada en la rodilla) y las canteranas Sandra Fernández, Andrea Avendaño y Andrea Rodríguez, hija del técnico, Vicente Rodríguez, aportaron su granito de arena. Incluso Brandy Reed, despedida durante la fase regular por no encajar (básicamente, una "chupona" de juego exterior).

Aquel equipo plagado de internacionales había disputado en pretemporada el Mundial en Londrina (Brasil), falló en la Copa y se mostró discreto en una reñida liga regular, que cerró como tercero (primero fue el Ensino lucense y segundo Gran Canaria). En las semifinales, las de "Cholas" sufrieron infinito para vencer al Sandra de "Mingo" Díaz por 2-1 (87-50, 54-30 y 60-64)... y en Las Palmas. De hecho, aquella fue la verdadera final.

En el cruce por el título y en el pequeño polideportivo de barrio con unos 2.500 espectadores apiñados (As Travesas estaba en obras), el Celta dominó. Ahora, el Celta Selmark crece en la LF2. Con tiempo y un equipo canterano, Araújo regresará a la elite. Eso es seguro.

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