Cesiones de cal y arena


Se van todos los cedidos", anunció ayer Carlos Mouriño. "Algunos con más pena que otros", añadió. Y es que hay cesiones y cesiones. Pocas tan exitosas como la protagonizada por Rafinha Alcántara, acogido como alguien de la casa desde el primer día por sus nexos familiares con la ciudad y el pasado celtista de su padre Mazinho y convertido en ídolo diez meses después de enfundarse por primera vez la camiseta del Celta. Pocas tan frustrantes como la de Welliton Soares, fichado en el mercado de enero como reputado goleador y que se despide después de haber pasado más tiempo detenido en comisaría –por conducir bajo los efectos del alcohol– que sobre un terreno de juego.

Rafinha se despidió ayer de la afición celeste por medio de una carta abierta en la que se declaró agradecido y orgulloso tras haber realizado "un sueño de la infancia". El suyo fue uno de los fichajes que más revuelo causó el pasado verano y, aunque le costó adaptarse a la máxima categoría en la temporada de su debut en Primera, acabó convirtiéndose en una de las claves de la permanencia del Celta. El hispano-brasileño, un talento futbolístico descomunal, ha acabado ganándose una plaza en el primer equipo del Barcelona, donde se reencontrará con su técnico en Vigo, Luis Enrique Martínez.

"Empieza ahora una nueva etapa. Nuevos retos que afrontaré muy feliz, motivado y orgulloso", señaló Rafinha ayer, un día después de que el Barcelona anunciase de forma oficial su regreso al conjunto blaugrana. Pese a todo, el Celta no lo da por perdido. "Si nos atenemos a nuestras esperanzas, vamos a pelear y a hablar con todo el mundo que tengamos que hablar para ver si lo podemos tener un año más", aseguró ayer Carlos Mouriño.

Tampoco seguirán en Vigo Jon Aurtenetxe, que vuelve al Athletic aunque difícilmente tendrá sitio en el conjunto de Ernesto Valverde –quien ya lo descartó el pasado verano–, e Íñigo López, con contrato en el PAOK de Salónica griego. "Muy agradecido al Celta por confiar en mí y a todo Vigo. Espero haber cumplido y veremos qué depara el futuro", escribió en su cuenta de Twitter.

Por último, finaliza su breve etapa en el conjunto celeste Welliton, cuyo bagaje como jugador del Celta se redude a cuatro minutos en Elche en los que ni siquiera llegó a tocar balón. Cuestionado por el brasileño, Mouriño fue ayer tajante: "Ha sido un fracaso total y absoluto. Nosotros seleccionamos a los jugadores por lo que han hecho deportivamente y por otras cuestiones como su comportamiento humano. Nos falló la información. Teníamos información de primera mano que nos dio un panorama totalmente diferente a lo que el jugador resultó estando aquí, siendo una bellísima persona en el aspecto personal. La responsabilidad es nuestra".

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