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Foto: Jorge Landín |
Lo acaecido en el encuentro del sábado ante el Atlético de Madrid resultó más que significativo. Luis Enrique realizó su primer cambio con 0-0 en el marcador, dando entrada a Augusto Fernández en lugar de Fabián Orellana. Poco después llegaron los dos goles de Villa, tras los cuales el preparador asturiano introdujo a Santi Mina por Charles. Resulta evidente que el juvenil vigués está por delante de Welliton en las rotaciones, pero lo más llamativo es que, con un 0-2 en el marcador, Luis Enrique prefirió dar minutos a Madinda antes que meter al atacante brasileño para buscar la remontada o, al menos, comprobar cuál es su rendimiento sobre un terreno de juego. Una elección significativa pero comprensible para cualquiera que vea los entrenamientos del Celta en las instalaciones de A Madroa. Y es que, en ocasiones, la intensidad en el trabajo de Welliton Soares está muy por debajo de la de sus compañeros.
El escaso protagonismo del brasileño no encuentra parangón en la última década, exceptuando el caso del guardameta Luis García. El portero madrileño llegó cedido al Celta en la segunda mitad de la temporada 2007/08 para sustituir a José Manuel Pinto, fichado por el Barcelona, y no llegó a debutar en partido oficial con la casaca celeste. Se limitó a ser el suplente de Esteban. El resto de fichajes de invierno realizados por el Celta en los diez últimos años jugaron más que Welliton en los cinco primeros partidos en los que estuvieron a disposición del entrenador de turno. En este sentido, cabe obviar el caso de Carlos Vela, que trabajó a las órdenes de Fernando Vázquez en 2006 pero no llegó a tener ficha, por lo que ni siquiera tuvo la opción de ser convocado.
El delantero brasileño ni siquiera estuvo entre los convocados ante el Athletic ni el Villarreal, se estrenó en una convocatoria contra el Getafe pero no llegó a jugar y debutó en el Martínez Valero para volver a quedarse en el banquillo en el choque frente al Atlético. Quien más se le acerca es Gastón Cellerino, delantero argentino que reforzó al Celta en enero de 2010. Su concurso en los primeros cinco partidos en los que estuvo a disposición de Eusebio Sacristán se redujo a 25 minutos contra el Córdoba. En ambos casos los jugadores llegaron a Vigo algo pasados de peso, al menos en apariencia. Cellerino empezó a jugar con más regularidad desde mediados del mes de marzo, pero su rendimiento nunca llegó a convencer. Acabó jugando 12 partidos, 7 como titular, y marcó un gol. En su caso, no obstante, cabe destacar que no fue el único delantero que fichó el Celta en el mercado de invierno, puesto que también se incorporó al equipo Dimitrios Papadopoulos, que tuvo mucho más protagonismo de inicio y jugó 313 minutos en esos cinco primeros encuentros.
El internacional griego, que tiene muchas posibilidades de disputar el Mundial de Brasil, es el tercer fichaje invernal del Celta que más protagonismo tuvo en el equipo, de inicio, en la última década. Por delante están Sasa Ilic, que tuvo mucho protagonismo con Radomir Antic en la temporada 2003/2004, y Vadim Demidov, que el curso pasado comenzó a jugar desde su llegada, entre otras cosas por las lesiones. Las otras dos contrataciones del club vigués en el mes de enero de 2013, Pranjic y Orellana, también tuvieron oportunidades casi desde el principio, aunque el primero de ellos acabó desapareciendo del once celeste por su bajo rendimiento. Curiosamente, sólo un año más tarde, es un fijo en la selección de Croacia que acudirá a Brasil 2014.
Para ser justos con Welliton, conviene destacar que hubo futbolistas que contaron poco en sus primeras semanas en Vigo y acabaron siendo importantes, como por ejemplo Jesús Perera en la campaña 2004/05, la del ascenso a Primera con Fernando Vázquez, o Ariel Rosada, en el curso 2007/08. Otros jugaron más al principio, pero finalmente pasaron con más pena que gloria por el Celta. Tal fue el caso, por ejemplo, del lateral zurdo portugués Miguel Aireas, que sólo disputó un partido en la temporada 2006/07.
Borja Barreira / Atlántico Diario
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