Errores a precio de derrota


Foto: LFP
El fútbol está cobrando al Celta sus errores por derrotas. De la manera más cruel. Sesenta minutos de corrección e intención se fueron al traste en dos acciones puntuales en las que la defensa celeste, que había frenado al Atlético hasta el momento, hizo aguas de la peor forma.

La intensidad
La lección aprendida
Hacer daño al Atlético pasa por plantear un partido con, como mínimo, la misma tensión e intensidad que los del Cholo. Lo sabía el Celta y se lo apuntó desde el arranque. Los vigueses salieron a morder y así pudieron mantener a raya a un equipo que se pasó tanto tiempo conteniendo al rival como creando su propio juego. Sin embargo, la segunda parte llegó con los celestes un punto más ralentizados y con el Atlético, que anoche dormía líder, más que cómodo y esperando su oportunidad. El despliegue de colocación de los colchoneros no falló, mientras el celeste se resquebrajó en los goles. Primero por una imprecisión, y luego por la falta de concentración colectiva en la resaca del tanto.

La alineación
Los cambios de cada semana
Sentar a Augusto Fernández, la entrada de Nolito por Rafinha y sobre todo la vuelta a la titularidad de Oubiña fueron las grandes novedades de la semana en el once. Ese al que Luis Enrique no se cansa de dar giros, y que ayer le salió bien en cuanto el marcador aguantó. Los cambios también dejaron algunas lecturas, empezando por la falta de confianza en Welliton. Luis Enrique prefirió dar entrada a Santi Mina primero, y meter músculo al medio campo después, en vez de confiar en el brasileño en búsqueda del imposible.

La defensa
Todo pasa por Fontás
La defensa de gala con la que salió el Celta -Hugo, Fontás, Cabral y Jonny- respondió a la perfección hasta que el Atlético sacó petróleo de los dos minutos de desconcierto vigués. Hasta entonces la zaga había respondido a la perfección liderada por un Fontás a un grandísimo nivel. Fue tras el descanso, con el Atlético comenzando a soltarse la melena, cuando llegaron los dos errores célticos. El primero por una mala cesión de Jonny, y el segundo por un error colectivo de la zaga. Bien es cierto que, mientras en la banda derecha Hugo Mallo contó con el respaldo de Orellana en tareas defensivas, Jonny estuvo más «vendido», puesto que la aportación de Nolito en la contención no estuvo a la altura del rival.

La falta de gol
Los metros más oscuros
Durante el primer tiempo el Celta llegó con frecuencia a la línea de tres cuartos. Incluso se aproximó al área grande. Pero a partir de ahí, la nada. Un disparo lejano de Álex, otro de Krohn-Dehli y una intentona con Hugo, Orellana y el danés de por medio fue lo más destacable. Los del Cholo estaban perfectamente atrincherados, haciendo alarde de una colocación inmaculada, y el Celta quizás con demasiada timidez a la hora de sacudir las arañas a la portería de Courtois. A los vigueses les falta veneno arriba, y ayer, más que nunca, echaron de menos a Rafinha. Porque cuando el juego no llega para hacer daño, solo las individualidades salvan partidos. Y en el Celta, las individualidades siempre llevan la misma firma, la del hijo de Mazinho. En todo caso la falta de gol de los célticos ya comienza a ser preocupante.

0 comments:

Publicar un comentario