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Foto: Marta Grande |
Miguel Montes Torrecilla, director deportivo del Celta, aseguraba en la última semana del mercado de invierno que el conjunto vigués no iba a "fichar por fichar". Lo decía en relación con los rumores sobre la llegada de un ariete antes de que se cerrase el mes de enero y con él el plazo para inscribir nuevos futbolistas. Sonó con fuerza aquella semana el nombre de Omer Damari, que ayer anotó un doblete con su equipo en Israel, y no fueron pocos los jugadores que saltaron a la palestra como futuribles, aunque ninguna estuvo tan cerca de Vigo como el israelí.
Aquella operación se frustró, y muchos pensamos que, como había asegurado Torrecilla, el Celta no iba a fichar por fichar, o tendría alguna alternativa sólida y seria para reforzar al equipo. Pero sobre la bocina, en el último día de mercado, cuando el celtismo esperaba ansioso el inicio del choque ante el Granada en Los Cármenes, el club anunciaba la llegada de Welliton Soares, un delantero brasileño que había sido dos veces máximo goleador de la liga rusa, y que contaba en su haber con un buen número de goles en dicha competición.
Dos días después era presentado en Balaídos Welliton en medio de una gran expectación. El futbolista advertía que no estaba en forma, que había estado entrenando por su cuenta y que trabajaría duro para adaptarse al nivel del resto del equipo. Luis Enrique lo confirmaba una semana después, dejando fuera de la convocatoria a la nueva incorporación céltica, situación que se repetiría en los tres siguientes partidos. Welliton no acababa de coger la forma, y ya se empezaban a oír las primeras voces discrepantes con su fichaje.
Por fin, entró en una convocatoria, en el partido de casa ante el Getafe, favorecido por la lesión de Bermejo, pero tendría que esperar una nueva oportunidad. A pesar de que el marcador reflejaba un empate, y que el Celta buscaba con ahínco la victoria, Luis Enrique optó por otros jugadores, situación que cambió una semana después, cuando el brasileño disfrutó de cinco minutos en Elche en los que no tocó balón.
Ayer vivió una situación similar a la del partido del Getafe, ya que fue convocado pero no utilizado por Luis Enrique, que prefirió a Santi Mina para derribar el muro atlético. Pasan las semanas, y la frase de Torrecilla, aquella del "no vamos a fichar por fichar", resuena cada vez con más fuerza en nuestra memoria. Fichar a un futbolista pasado de forma, y que seguramente no contaba con el beneplácito del entrenador es un "fichar por fichar" de manual, pero oiga, igual de aquí a final de temporada se revela como ese delantero goleador que fue en Rusia y acaba salvando al Celta con un tanto suyo. Cosas veredes que farán fablar las piedras, amigo Sancho.
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