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Torrecilla tercero por la derecha en la fila de pie |
De ese ímpetu de una urbe que, a pesar de todo, siempre se ha creído de Primera puede hablar con conocimiento de causa el actual director deportivo del Celta, Miguel Montes Torrecilla, que vivió en el Elche su primera experiencia futbolística lejos de su Salamanca natal. Recuerda aquella campaña 97/98 como "una experiencia personal muy gratificante y deportivamente no muy buena porque el equipo descendió a Segunda B después de haber ascendido y haber generado mucha ilusión el proyecto". Aquel curso, el último del actual técnico celeste en Segunda División, el equipo tuvo "tres entrenadores: Ciriaco, Rielo y Delfín Álvarez. Se generaron expectativas muy importantes, con varios fichajes de renombre, como Alejo o Claudio Barragán. Se generó mucha presión al equipo y no logró competir como se pretendía".
En ese año, Torrecilla conoció de cerca el ambiente futbolero de Elche, "una ciudad que emana fútbol por todas las calles y que lleva persiguiendo muchos años lo que han conseguido ahora. Detrás del proyecto, la afición siempre ha estado muy encima". El director deportivo celeste cree que la clave para que el conjunto ilicitano haya alcanzado su sueño ha sido la tranquilidad institucional. "En este proyecto han conseguido tener una estabilidad interna en cuanto al consejo. En aquella época, el presidente era el de la marca Kelme y había estado anteriormente el de Puma... Había expresidentes dentro del consejo y tenía una difícil gestión. Ahora se ha logrado un frente común en la dirección del club y eso ayuda mucho".
Santi Alonso / Atlántico Diario
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