Roberto Lago, recibido con aplausos, fortaleció la buena defensa azulona


Foto: LFP
Tarde agridulce para Roberto Lago en su regreso a Balaídos para defender la zamarra azulona del Getafe. El lateral de O Calvario fue recibido con aplausos por la afición celeste y no esperaba menos a pesar de mostrarse ayer como uno de los mejores defensores del conjunto azulón, que llegaba malherido al estadio vigués y vuelve a Madrid con un valioso punto en el bolsillo.

"Es un punto bueno para nosotros porque ahora recibimos al Espanyol y después visitamos al Betis. En el primer tiempo el Getafe ha estado bien, aunque sufrimos después de la expulsión", explicó tras el choque el lateral vigués, que fue el único zaguero del equipo madrileño que no fue amonestado ayer. Y eso que a Roberto Lago le tocó una de las tareas más complicadas, pues le tocó lidiar con Rafinha, el jugador más desequilibrante del conjunto céltico en el primera tiempo, y frenar a su amigo Fabián Orellana en el segundo, cuando el Getafe se atrincheró en inferioridad numérica alrededor de la portería de Moya. Cumplió ambas tareas con rigor y eficiencia.

El exlateral zurdo celeste no se mostró sorprendido con el buen recibimiento que le dispensó su afición de toda la vida. "No esperaba menos. Saben que soy un celtista que sufro como el que más. Pensé que me iba a encontrar peor al jugar en Balaídos como visitante", reveló.

El defensa vigués, que espera en las próximas horas su primer hijo, valoró el interés del Celta por su inminente paternidad y aseguró que hará al bebé socio el del club "en cuanto nazca".

Roberto Lago no quiso abundar sin embargo en el intenso duelo que protagonizó con Fabián Orellana en el tramo final del partido, cuando el chileno ocupó el ala derecha del ataque celeste tras ingresar Nolito en el campo. Ambos tuvieron una pequeña discusión, a la que el vigués restó importancia tras el choque. "Lo que pasa dentro del campo se queda dentro del campo", dijo al respecto.

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