Balaídos, fiel como siempre


Foto: @TerraCeleste1
El ambiente en las gradas estuvo a la altura del espectáculo ofrecido sobre el terreno de juego por Celta y Athletic, que regalaron a todos un partido vibrante, jugado a cien por hora y con una intensidad altísima. Todo ello contagió a la numerosa afición que acudió a Balaídos para, como es costumbre desde hace varias temporadas, dejarse la voz por su equipo.

Los casi dieciocho mil valientes que se dieron cita en el estadio olívico hicieron frente a los condicionantes de la jornada, marcada por el frío, la lluvia y el pésimo horario elegido por la Liga de Fútbol Profesional, lo único que no estuvo a la altura del espectáculo vivido.

Para intentar solventar el intempestivo horario, el Celta puso a disposición de sus abonados la promoción especial por el próximo día de San Valentín, por la que cada abonado podía adquirir una entrada al precio de diez euros para un acompañante. Poco faltó para que Balaídos colgara, por tanto, el cartel de "no hay billetes", ya que las localidades fueron despachándose a un alto ritmo durante la semana y en algunas gradas incluso llegaron a agotarse.

La magia de Rafinha, la electricidad de Orellana, el coraje de Charles ayudaron al público a entrar en calor en la primera mitad, dando por bueno el rendimiento de los célticos pese a no ver un gol en la portería de Marcador.

El siempre fiel público del Celta estuvo también con su equipo en los momentos de más tensión, cuando el Athletic intentaba meter miedo a Yoel sin conseguirlo, y terminó jaleando los últimos ataques célticos, que a punto estuvieron de llevar al éxtasis a un Balaídos de nuevo entregado.

Faro de Vigo

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