A la espera de los movimientos que puedan producirse hasta el cierre el mercado invernal el próximo día 31 de enero, los fichajes del verano han sido en general un buen negocio para el Celta, tanto de desde el punto de vista de la participación en la vida competitiva del equipo como del rendimiento ofrecido sobre el terreno de juego.
La prestaciones de las cinco nuevas caras incorporadas este curso presentan sin embargo claroscuros, en la línea del rendimiento general del plantel, que ha completado la primera vuelta del campeonato dentro del objetivo marcado, aunque con altibajos que le han impedido tomar distancia con la zona de peligro, que se mantiene a tres puntos.
En vísperas del inicio de la segunda vuelta, tres de los cinco fichajes (Fontás, Charles y Rafinha) son indiscutibles para Luis Enrique, otro (Nolito) ha perdido la titularidad pero goza de la confianza del técnico y uno (Aurtenetxe) ha entrado ocasionalmente (cada vez menos) en los planes del preparador asturiano.
Goleador a excelente precio. Con media temporada por delante para mejorar sus registros, el hispano-brasileño Charles Dias de Oliveira se ha convertido ya en un negocio sumamente rentable para el Celta. El equipo vigués pagó el pasado verano un millón de euros (su cláusula de rescisión) para hacerse en propiedad con el máximo goleador de Segunda División la pasada temporada. En las filas del Almería, Charles anotó el pasado curso 32 goles -26 en el campeonato regular y 6 en la fase de ascenso-, una cifra más que apreciable en la categoría de plata, pero carecía de experiencia en Primera División y existía cierta incertidumbre sobre el rendimiento que sería capaz de ofrecer en la máxima categoría.
Charles no ha logrado sostener en Primera su impresionante ritmo goleador de Segunda pero presenta números más que interesantes para un debutante en la categoría. No ha conseguido llenar del todo el vacío dejado por Iago Aspas, pero ha compensado en buena medida la marcha del carismático delantero moañés al Liverpool. Sus registros no ofrecen dudas. El brasileño suma siete goles en diecisiete partidos, solo uno menos de los que llevaba Aspas a estas alturas el pasado curso. Sus números se completan con una asistencia y dos balones estrellados en el larguero.
El "cerebro" de la defensa. Andreu Fontás es, junto al incombustible Hugo Mallo, el hombre más utilizado en defensa por Luis Enrique y el cerebro de la zaga céltica para dar salida a la pelota desde atrás. Luis Enrique lo ha empleado mayoritariamente como central izquierdo aunque ocasionalmente ha jugado también, con buenas prestaciones, en la posición de medio centro defensivo cuando ha faltado Borja Oubiña. Fontás es, de hecho, el único recambio más o menos natural con el que cuenta el técnico para suplir al capitán.
A pesar de que su fichaje generó inicialmente algunas dudas porque su campaña con el Mallorca, donde jugó cedido el pasado curso, no resultó del todo satisfactoria -jugó en el equipo isleño tras sufrir una grave lesión de rodilla-, su rendimiento en el Celta ha sido más que estimable. Ha jugado siempre que ha estado disponible -16 partidos de 19-, y ha ofrecido soluciones al equipo, en especial a la hora de sacar la pelota jugada desde atrás. No va a tener ningún problema para cumplir los 25 partidos estipulados para que el Celta ejerza la opción de compra automática establecida en su contrato de cesión (un millón de euros).
El hijo pródigo. Ningún otro fichaje generó tanta ilusión como el del azulgrana Rafinha, vigués de adopción e hijo del gran Mazinho. Se esperaba mucho, acaso demasiado, del joven futbolista del FC Barcelona, que ha tardado, quizás por querer abarcar demasiado, en encontrar su sitio en el campo. Luis Enrique lo ha probado en las dos posiciones interiores del medio campo y como extremo derecha y es en esta última posición donde ha ofrecido su mejor rendimiento. Rafinha ha ido de menos a más con el paso de los partidos y la impresión es que está todavía muy lejos de su techo futbolístico. De momento sus números no son nada despreciables: tres goles y tres asistencias. Promete grandes cosas.
El fichaje estrella. Avalado por su buena trayectoria en equipos como el Barcelona B, el Benfica o el Granada, el gaditano Nolito llegó a Vigo como el refuerzo estrella del verano, no en vano los 2,6 millones de euros pagados por el 70 por ciento de sus derechos lo convierten en el segundo fichaje más caro de la era Mouriño, tras el brasileño Nené. Sin embargo, la trayectoria del gaditano, seguramente el futbolista más talentoso del plantel, ha sido en cierto modo inversa a la de Oubiña, pues ha ido de más a menos, hasta el punto de perder la titularidad en beneficio de Orellana en los últimos partidos. En un ejercicio de autocrítica, el propio Nolito ha reconocido que no atraviesa por su mejor momento físico y futbolístico, pero se muestra convencido de que su rendimiento va a mejorar durante esta segunda vuelta. De momento suma tres goles y una asistencia y ha estrellado cuatro balones en los postes.
Una cesión poco productiva. El joven zaguero vasco Jon Aurtenexte es el fichaje que menos ha participado en la vida competitiva del Celta en esta segunda vuelta. Se le fichó con la idea de explotar su polivalencia para que se alternase como central izquierdo y lateral zurdo, pero no ha mejorado las prestaciones en el eje de la zaga de hombres como el descartado Andrés Túñez y tampoco ha logrado hacerse con el puesto en la banda, a pesar de que Luis Enrique no dispone de ningún lateral izquierdo específico, salvo Bellvís, que apenas cuenta. Toni primero y últimamente Jony lo han desplazado de la titularidad.
Santi Mina y David Costas
Dos nuevas caras de la cantera han contado han tenido un inesperado protagonismo durante esta primera vuelta del campeonato. Se trata del defensa central David Costas y del delantero Santi Mina, ambos de 18 años. Costas ha debutado esta temporada en Primera División de la mano de Luis Enrique, que le ha dado galones en partidos importantes, aunque de un tiempo a esta parte el zaguero de Chapela ha ido perdiendo protagonismo en beneficio del veterano Gustavo Cabral. Sus números, no obstante, son apreciables: 14 partidos, 11 como titular y 1.060 minutos sobre el campo.
No menos significativa ha sido la participación de Santi Mina, la gran estrella emergente de la cantera celeste, a quien Luis Enrique ha dado este curso jerarquía de futbolista del primer equipo. Y el chico, a pesar de iniciar el curso como menor de edad, no ha defraudado en absoluto hasta el punto de convertirse en un importante recurso de banquillo para el preparador celeste. Ha anotado un gol, le han anulado otro legal y ha estrellado un balón en el poste.
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