¡Feliz 85º cumpleaños Balaídos!


Balaídos lleno entre 1928 y 1930.

85 años no son nada. O sí. Pero el caso es que tal día como hoy, pero de 1928, el Real Club Celta inauguraba el estadio de Balaídos.

El Celta va cinco años por delante de su estadio, municipal ahora, privado en su construcción y precisamente la bandera que se alzó para forzar la fusión de los reales Vigo Sporting Club y Fortuna. Los vigueses jugaban desde 1908 en un campo arrendado en Coya (por la zona de la calle Coruña), mientras que el Fortuna competía también desde ese año en otro terreno de juego por Bouzas, donde ahora se levanta la fábrica de Alfageme. Ambos equipos se alternaban en el dominio del Campeonato de Galicia, el torneo oficial que daba la clasificación para el Campeonato de España, y no conseguían mucho más pasando el Padornelo. Manuel de Castro, 'Handicap', proclamaba la necesidad de un gran club único y un gran estadio para que Vigo mandara en el territorio nacional. No era ningún brindis al sol. Él sabía como nadie el nivel del fútbol en País Vasco, Madrid, Valencia o Barcelona y entendía que la fusión daría enormes ventajas deportivas. Precisamente en el estadio acorde con las necesidades (para 20.000 espectadores) coincidía con el resto de críticos deportivos de aquella época (Camilo Bernárdez, alias 'Thedy' en sus crónicas periodísticas, y Miguel Bezares, o lo que es lo mismo, 'T. Arnold' cuando escribía).

Pero los puntos de coincidencia fueron solo ese. Handicap advirtió públicamente de que el campo de Bouzas estaba cercano a desaparecer mientras que al del Vigo le quedaba poco tiempo de vida (de hecho por él iba a pasar la línea del tranvía) y se buscaron fondos e inversores para construir un nuevo estadio. Pero aunque había sido el punto determinante para que las comisiones de trabajo viguista y fortunista dieran el visto bueno a la fusión, en sus conclusiones aparecía como un asunto sin fácil solución. Habría, sí, anuncios de que se iba a construir un nuevo estadio en Coya primero y Peniche después, pero todo quedaba en agua de borrajas.

Hasta que a finales de septiembre de 1924 llegaba la noticia esperada. Habría estadio, se levantaría en terrenos propiedad del marqués de Alcedo y se conocía que la zona se denominaba Balaídos. Aquella zona era conocida porque años antes en ella había aterrizado un aviador, Vedrines, lo que había supuesto todo un acontecimiento. Se compraron 75.000 metros cuadrados, según la prensa de la época, y el anteproyecto bebía en las mejores obras del momento: el estadio de Colombes, en Francia, por los Juegos Olímpicos de París en 1924. A 700 metros de las cocheras de Tranvías (en La Florida) , 'por la parte este pasa el río Fox, cuyo cauce se desvía para saneamiento de dichos terrenos', se sostenía. Ricardo Mella era el autor del anteproyecto, que ofrecía acomodo a algo más de 20.000 espectadores en una grada de Preferencia (para 2.580 personas, 280 de ellas en palcos en la zona más elevada), la grada frente a la misma para 4.000, 1.360 sillas de pista, un graderío general para 5.030 personas sentadas y otro popular para 8.000 de pie. Tendría una capacidad total para 20.970 espectadores, un terreno de fútbol de 110x70 y en su interior habría pista atlética de siete metros de ancho, mientras que en el exterior se construirían siete pistas de tenis, una de ellas Central y con gradas, una zona de skate para patinadores, un pabellón restaurante y otro pabellón gimnasio.

Joaquín Fontán, Julián Valverde, Ramón González y Victorio Puig eran los definidores de esta idea que luego sería empresa 'Stadium de Balaídos S.A.' El proyecto se llevó a cabo, pero sólo el campo y no con la primitiva idea por falta de fondos. En eso sí tuvieron razón los contrarios a la fusión: el fútbol vigués no tuvo fuerza económica para el gran estadio.

Atlántico Diario

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