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| Foto: Kiko Hurtado |
Luis Enrique parece haber dado con la tecla acertada para mejorar el rendimiento de su equipo. La derrota ante el Atlético supuso un punto de inflexión y aunque el Celta volvió a perder -injustamente- en la siguiente jornada contra el Levante en Balaídos por 0-1, las sensaciones que dejó el equipo fueron del todo positivas. La confirmación a esa mejoría se produjo con los triunfos a domicilio en Málaga y Sevilla, además de plantarle cara al Barcelona durante muchos minutos.
El técnico asturiano ha modificado el dibujo táctico del cuadro vigués. Ahora, todo pasa por el acompañamiento que le ha dado a Borja Oubiña en la medular donde el capitán se encuentra más respaldado que antes por la nueva ubicación de Augusto Fernández y Álex López. Mientras el argentino aporta trabajo y experiencia, el ferrolano ha destapado su capacidad goleadora con el doblete de La Rosaleda y el gol del pasado sábado que supuso la obtención de tres valiosos puntos que han permitido al Celta escalar posiciones en la tabla clasificatoria.
Mina gana protagonismo
Santi Mina ha sido uno de los más beneficiados por esta vuelta de tuerca realizada por Luis Enrique, ocupando el puesto que Augusto Fernández dejó libre en la banda derecha. El joven delantero vigués ha visto cómo aumentaba su importancia dentro del equipo, al tiempo que disminuía tanto la de Rafinha Alcántara como la del lesionado Krohn-Dehli, que no tuvo minutos en los tres últimos partidos ligueros disputados por su equipo.
Ahora todo pasa por empezar a sumar puntos en Balaídos, después de contabilizar tres empates e igual número de derrotas. La primera victoria todavía no se ha producido.
Por otro lado, el Celta retorna hoy (11.00 horas) a los entrenamientos para empezar a preparar la cita del sabado (Balaídos, 22.00) contra el Rayo. Derrotar a los madrileños significaría aventajar en seis puntos a un rival directo y encarar con mayor tranquilidad los últimos partidos de 2013.
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