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Foto: Kiko Hurtado |
El Celta respira tranquilo cuando Álex López funciona. No es casualidad que los mejores partidos que ha jugado el conjunto vigués esta temporada hayan sido cuando el ferrolano se siente cómodo, en contacto con el balón y ejerciendo un papel protagonista. Así ha sido en los tres partidos que se han disputado en esta semana agotadora, en los que los célticos han firmado sus mejores minutos de la temporada.
Sin embargo, más allá del juego desplegado por Álex, está empezando a sobresalir por fin su capacidad goleadora, con el cuarto gol de la temporada, que le coloca como pichichi del Celta empatado con Charles, que ha visto frenada su progresión goleadora desde el fulgurante inicio de temporada. Con su gol al Sevilla, el canterano céltico ya suma el doble de tantos que la temporada pasada con apenas un tercio del campeonato disputado.
Y es que todos los equipos necesitan los goles de su segunda línea para tratar de no pasar apuros y en eso el Celta está destacando especialmente gracias al ferrolano, que decidió el encuentro de ayer en el Sánchez Pizjuán mostrando su lado más oportunista para aprovechar el clamoroso error en el pase de Beto en la salida de balón. Sin ponerse nervioso, Álex definió a la perfección para colocar a su equipo por delante, un gol que terminaría valiendo tres puntos.
Muchos achacaban al talentoso centrocampista del Celta su falta de regularidad la pasada temporada tras un año brillante en Segunda División, con ascenso incluido, una campaña que terminó con seis goles en su casillero. Al igual que al resto del equipo en el ansiado retorno a la máxima categoría, al canterano le costó encontrar su hueco y su posición ideal, bailando entre el doble pivote o la mediapunta. En los treinta y tres partidos que terminó disputando en Liga, únicamente pudo conseguir dos goles, los dos en el estadio de Balaídos, uno ante el Valladolid y otro ante el Zaragoza.
Ahora, más liberado de obligaciones defensivas situado en la posición de interior dentro del 4-3-3 que ha implantado Luis Enrique, Álex López llega con más confianza a la portería contraria y se atreve a probar en varias ocasiones el disparo desde media distancia, como sucedió poco después del gol céltico ayer en Sevilla, en un tiro que fue repelido por Beto y una semana atrás con el primer tanto en la goleada en la Rosaleda.
Goles que están llegando en diferentes situaciones de juego y que han tenido recompensa, ya que en todos los encuentros que el ferrolano ha marcado, el Celta no ha perdido. Goles que valen su peso en oro.
Pablo Galán / Faro de Vigo
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