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| Foto: EFE |
Hace unas semanas el inframundo del fútbol español se paralizó al conocerse la noticia de que el Rayo Vallecano había ganado al Barcelona la posesión de balón, un hecho que no sucedía desde tiempos inmemoriales, algo así como un lustro. Tal noticia pareció sacudir los cimientos del fútbol patrio, y suponía casi un motivo para que muchos dejasen de creer en aquello que habían seguido a pies juntillas durante las últimas décadas.
No era una casualidad que fuese el Rayo, ya que los de Jémez ganaron la posesión en los 12 primeros partidos de Liga, incluyendo también el partido ante el Real Madrid, al que dominaban la posesión por un aplastante 68 a 32 mientras perdían por dos goles a cero. De hecho, ganar la posesión le valió al Rayo durante las doce primeras jornadas para ser el colista de Primera División.
Pues bien, este equipo, al que nadie le quita el balón, perdió la posesión el pasado sábado ante el Celta en Balaídos, y ni eso fue suficiente para que los de Luis Enrique ganasen el partido. Ni tan siquiera para merecerlo. Otro mito del fútbol moderno derribado en Balaídos. Sigue ganando el que marca más goles, y no necesariamente juega mejor el que más tiempo tiene el balón.
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