La salvación bien vale una peregrinación a Santiago


A la Peña Bueu Celeste hay al menos dos cosas que no se le pueden reprochar. La primera es su incondicional entrega y apoyo a la causa del Celta. Y la segunda es que son gente de palabra. A finales de la agónica temporada pasada decían en un reportaje con peñas publicado en FARO que si el Celta lograba la permanencia ellos peregrinarían en bici hasta Santiago. Aquel gol de Iago Aspas ante el Espanyol obró lo que parecía un milagro y los miembros de la Peña Bueu Celeste este fin de semana cumplieron con su palabra. Su deseo es que este año no sea necesario hacer otra promesa.

Los miembros de la Peña Bueu Celeste tenían muy claro que iban a cumplir con su palabra. Dijeron que si el Celta de Vigo lograba la permanencia en la Primera División ellos peregrinarían en bicicleta a Santiago. Lo que más les costó fue encontrar el momento y la fecha idónea. Finalmente fue este fin de semana y una decena de peñistas se subieron a las bicicletas para afrontar este peregrinaje. Punto de salida: el puerto de Bueu. Punto de llegada: la Praza do Obradoiro de Santiago de Compostela. Entre medias algo más de 80 kilómetros. "Al final de la temporada pasada dijimos que si se conseguía la permanencia ofrecíamos una peregrinación, un compromiso que quedó por escrito en FARO y cumplimos", destaca su responsable, Gustavo Campos.

El grupo salió poco después de las 9.30 horas de la mañana desde el puerto buenense y enfiló hacia Pontevedra por la carretera general. Al llegar a la ciudad del Lérez tomaron el camino francés hasta Santiago, con una parada en Padrón para recuperar fuerzas y afrontar el tramo final de la aventura. La llegada a laPraza do Obradoiro y la foto ante la catedral de Santiago fue alrededor de las 16.30 horas. "Estamos muy contentos, aunque seguro que alguno se habrá levantado con unas buenas agujetas en las piernas y en el culo", reconocía ayer entre risas Gustavo Campos, justo antes de prepararse para sufrir viendo el partido Atlético de Madrid-Celta.

El que seguro que no tuvo agujetas, o si las tuvo se aguantó, fue David Barcia Cerqueiro. Él realizó una doble peregrinación. El sábado completó el recorrido en bicicleta entre Bueu y Santiago de Compostela. Y sin mucho tiempo para descansar se levantó el domingo de madrugada y cogió el coche para irse a Madrid a ver en directo el partido entre colchoneros y celtiñas en el Vicente Calderón. Una pena que tanto esfuerzo y pasión no tuviese una recompensa en forma de tres puntos. "A ver si este año no tenemos que hacer ninguna promesa", expresa como único deseo Gustavo Campos.

0 comentarios:

Publicar un comentario