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FARO DE VIGO |
El Celta ya trabaja para preparar su visita del domingo al Vicente Calderón para medirse al Atlético de Madrid, intratable en este comienzo de temporada. En los madrileños sobresale la figura de Diego Costa, el futbolista del momento, que se ha convertido en la estrella rojiblanca tras una espectacular evolución desde que en 2007 jugase en Vigo como cedido, una temporada en la que dejó varios detalles de calidad pero que no aventuraban en lo que se iba a convertir.
El hombre de moda del fútbol español tiene nombre y apellidos: Diego Da Silva Costa. El brasileño se ha erigido en el líder del equipo más en forma de la Liga, el Atlético de Madrid, que recibirá el próximo domingo al Celta. Fue en Vigo donde Costa daba sus primeros pasos en España, en la temporada 2007-2008, con el conjunto olívico inaugurando su periplo de cinco años en el infierno de Segunda, una temporada en la que el delantero no dejó indiferente a nadie tanto por su calidad como por su comportamiento.
Muchos años le ha costado a Costa consolidarse en el Atlético de Madrid, que recurrió desde su contratación a varias cesiones para tratar de encauzar a un jugador en el que veían un gran potencial pero por el que pocos apostaban para convertirse en una estrella a nivel mundial, lastrado precisamente por sus malos modales y su capacidad para meterse una vez sí y otra también en líos que lo sacaban de los partidos y que aventuraban una carrera complicada.
Con la camiseta del Celta, el público vigués pudo comprobar esto de primera mano. En una complicada temporada, en la que pasaron cuatro entrenadores por el banquillo de Balaídos, Costa disputó 30 partidos con la camiseta celeste, anotando cinco goles, alguno de bella factura como el que hizo en Los Pajaritos al Numancia en un eslalon desde el centro del campo. Sin embargo, sus piques eran continuos y sus malos modos también, algo que le acompañó durante los siguientes años pero que Diego Pablo Simeone ha sabido corregir para sacar lo mejor del ariete.
La pasada temporada, Costa fue el complemento perfecto de Radamel Falcao, que este pasado verano decidía abandonar el Atlético para fichar por el Mónaco. Tras muchos rumores sobre una posible salida a la Premier League de Costa o la llegada de un delantero estrella que sustituyese al colombiano, finalmente el club madrileño decidió entregarle los galones al brasileño, que ha respondido a las mil maravillas y que se doctoró con su actuación en la victoria en el derbi ante el Real Madrid que puede terminar de convencer a Vicente del Bosque para convocarle con la selección española en los próximos días.
Costa se convierte así en la principal amenaza el domingo para un Celta que llega con necesidades al Vicente Calderón. Han pasado muchos años desde que sus caminos se juntasen y muchas cosas han cambiado para ambos desde entonces.
Pablo Galán / Faro de Vigo
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