Casilla estropeó el buen debut del Celta de Luis Enrique


Foto: Diego Pérez
Si los tres puntos no se quedaron ayer en Balaídos fue en gran parte gracias a la portentosa actuación de Kiko casilla, que salvó literalmente a su equipo con tres paradas de un mérito extraordinario. Tanto Luis Enrique, técnico de Celta, como el "Vasco" Aguirre, técnico del Espanyol, destacaron al término del encuentro la actuación del meta "perico", que evitó los goles de Augusto, Cabral y Rafinha con tres intervenciones que darían la vuelta al mundo si las hubiese hecho otro portero con un nombre muy parecido, pero en plural. 

Desde luego, Casilla es un meta singular. De eso no cabe duda. En el Real Madrid se topó con el "santo" y tuvo que salir para buscar minutos, y tras vagar por varios equipos, en Segunda B o en Segunda, regresó al Espanyol donde se está haciendo un nombre en el fútbol español. Su mejoría en los últimos tiempos es evidente, como lo es su jerarquía en el juego aéreo, algo que tanto echamos de menos por Vigo. Pero además ayer mostró unos reflejos y una colocación que ya quisieran para sí muchos de los que ahora protagonizan debates enardecidos. 

Casilla paró a Augusto, que enganchó un gran disparo en la segunda mitad, unos minutos después detuvo otro zapatazo de Rafinha tras una gran jugada personal en el que mostró la solidez de sus guantes. Pero la parada que lo encumbró fue la que realizó a un gran cabezazo de Cabral en el que voló, literalmente, hasta un lugar al que pocos metas de Primera podrían llegar. Balaídos cantaba el gol, que llevaría la justicia al marcador, pero los porteros también juegan, y Casilla lo hace cada vez mejor. Ante eso, poco se puede hacer. El debut de Luis Enrique en el Celta fue extraordinario, pero allí estaba Casilla para estropearlo. 

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