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El Celta llega con muchas urgencias al tramo final de la temporada. El conjunto vigués es el colista de la categoría cuando restan siete partidos para la conclusión del curso futbolístico. La campaña no ha sido buena a pesar del buen juego realizado durante casi toda la primera vuelta. Los pequeños detalles acabaron por mantener siempre en el alambre a un equipo que cayó al descenso en Pamplona y que todavía no se ha recuperado del golpe.
Entre esos pequeños detalles que justifican la temporada del Celta están algunas actuaciones arbitrales que resurgieron al recuerdo del celtismo tras la derrota cosechada en Son Moix. Los capitanes del equipo vigués mostraban su enfado nada más aterrizar en Peinador. "Somos colistas, pero no somos tontos", apuntaba Mario Bermejo. El cántabro había sido uno de los protagonistas del duelo de Son Moix. Gil Manzano no había señalado un claro penalti de Geromel sobre el delantero santanderino. Poco después habría una nueva jugada para la polémica. Andrés Túñez también era víctima de falta en el área tras ser derribado por un jugador bermellón.
El tropiezo en tierras baleares no es el único esta temporada rodeado de polémica arbitral. En el "Tourmalet" de la primera vuelta fue cuando el Celta fue víctima de los errores arbitrales. Todo empezó en el derbi disputado en Balaídos. Undiano Mallenco perdonaba al final del primer tiempo la segunda amarilla a Zé Castro. En los primeros minutos del segundo acto, el colegiado navarro mostraba la segunda amarilla a Gustavo Cabral por una acción casi idéntica.
La controversia no terminaría en el primer asalto del clásico del fútbol gallego. Justo a la jornada siguiente, en el Camp Nou, más polémica. El Celta, que estaba tuteando al todopoderoso FC Barcelona, veía como los azulgranas se distanciaban en el marcador con un fuera de juego clamoroso de Jordi Alba. El asistente de Fernández Borbalán no señalaba el claro fuera de juego del internacional español y Javi Varas encajaba el tercer tanto de la noche.
Otra vez no habría que esperar mucho para que el Celta fuera víctima de otro error arbitral. El equipo que por aquel entonces dirigía Paco Herrera encarrilaba su primera victoria a domicilio. Vencía en Vallecas por cero goles a dos cuando, a la media hora de partido, Cabral veía la segunda amarilla por mano involuntaria. El conjunto vigués acusó en demasía la inferioridad numérica y acabó cosechando uno nueva derrota lejos de Balaídos tras señalar el colegiado catalán un dudoso penalti de Túñez sobre Delibasic.
La polémica arbitral dio una tregua durante varias semanas. Por lo menos en lo que respecta a la competición doméstica. En Copa del Rey sí se recordó la segunda amarilla que debió ver Cristiano Ronaldo por una dura entrada sobre Hugo Mallo en el partido de ida. Casualidades del destino, el luso acabaría siendo una de las claves para que el Real Madrid apeara al Celta del torneo del KO.
El debate regresó en el inicio de la segunda vuelta. El Celta rozaba en Málaga la sorpresa, pero Martín Demichelis adelantaba a los locales tras recoger en boca de gol un balón que se había llevado con la mano Santa Cruz. Una semana después se asentaba la controversia con los colegiados. El conjunto vigués, claro dominador ante la Real Sociedad, quedaba en inferioridad numérica al ver Augusto Fernández la segunda amarilla por mano involuntaria. Los "txuri urdin" sacaron beneficio de jugar con un hombre más y acabaron arañando un punto de su visita a Balaídos.
La última actuación polémica fue la de Gil Manzano en la pasada jornada. El penalti a Mario Bermejo pudo haber cambiado el destino de un partido que acabó con un nuevo resultado adverso para un Celta que regresó a Vigo como colista de Primera División. Los capitanes mostraron su malestar ante una actuación arbitral que, a pesar de que no justifique el rendimiento del equipo, sí puede acabar condicionando el resultado final.
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