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| ÓSCAR VÁZQUEZ |
El conjunto vigués ha conquistado la mayoría de los puntos conseguidos en casa. Hacer de Balaídos un fortín es una de las claves para lograr el objetivo de la permanencia. Los registros como local del Celta son bastante positivos. Sólo dos derrotas enturbian su rendimiento ante su afición. Sin embargo, en las últimas jornadas pequeños detalles impidieron a los de Paco Herrera doblegar a equipos como Levante, Deportivo o Mallorca.
El equipo celeste seguía perdonando la vida en su feudo. No perdía, pero tampoco ganaba. La última victoria se produjo el 5 de octubre del pasado año. El Celta mostraba una de sus mejores versiones para vencer a un Sevilla que llegaba de triunfar ante el Real Madrid y de caer "in extremis" frente al FC Barcelona. Los tantos de Aspas y De Lucas permitían al cuadro celeste continuar lejos del pozo de la categoría. El optimismo se instalaba en Vigo. El juego realizado por el conjunto olívico ilusionaba a una afición que había sufrido una travesía en el desierto que había durado un lustro.
Esa sequía de victorias como local se rompió ante el Valladolid. Los de Djukic, rival directo por la permanencia, afrontaron su cita en Balaídos plagados de bajas importantes. El Celta supo aprovechar su superioridad en el terreno de juego para conquistar su cuarto triunfo del curso como local. 2013 tiene un inicio feliz. Veremos si esa alegría acaba instalándose en la grada del coliseo vigués.
Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo
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