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| ALBERTO LIJÓ |
Aprovechando el parón navideño, toca hacer balance de la actuación individual de los jugadores del Celta, a los que analizaremos durante estos días contando con vuestra colaboración, ya que os pedimos que le pongáis una nota entre el 0 y el 10 para definir lo que llevamos de temporadas en el ámbito individual.
El siguiente futbolista que analizamos es Augusto Fernández. El argentino llegó a Vigo una semana antes del comienzo de la temporada, lo que no impidió que Paco Herrera apostase por él de inicio ante el Málaga en la primera jornada del campeonato ligue ro. Mostró buenas maneras, especialmente su regate, seña de identidad del ex de Vélez, pero su pésimo estado físico le obligó a abandonar el terreno de juego antes de tiempo. Fue la tónica de las primeras jornadas, en las que Augusto tuvo que adaptarse a la exigencia física de una liga muy diferente a la argentina.
Poco a poco fue tomando el pulso a la competición y empezó a ser un futbolista importante. Encontró el camino del gol, y también el camino de la asistencia definitiva, dejando grandes actuaciones ante Getafe o Granada, por poner dos ejemplos, pero el paso de los partidos fue pesando a Augusto, que en lugar de mejorar sus prestaciones fue ocultando sus virtudes y dejando más a la vista sus defectos, fundamentalmente la velocidad, ya que Augusto es un futbolista muy lento, algo bastante negativo si hablamos de un extremo. Normalmente suele corregir este defecto gracias a su habilidad para el regate y su inteligencia táctica, pero no siempre tiene una tarde inspirada.
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