La inocencia de Pepe


Si no conociésemos a Pepe creeríamos que se trataba de un lance desafortunado, una coincidencia que lleva al jugador a dar una patada al aire y accidentalmente a golpear a Roberto Lago en las partes pudientes. Pasaba mucho en las manifestaciones en épocas de Franco con los disparos al aire. El problema es que conocemos a Pepe, si alguien no lo conoce es que probablemente ha estado encerrado en un zulo a 200 metros de profundidad o viajando por el espacio, o recién llegado a la tierra en una nave espacial después de atajar por un agujero de gusano que ahorra mucho combustible. 

Perdonadme por no haberme documentado, pero no he podido confirmar si el asistente de Álvarez Izquierdo coincide con la descripción de uno de estos personajes recién llegados a la tierra. Él, como todos nosotros, habrá visto a Pepe perder la cabeza y patear en el suelo a Javi Casquero, lo habrá visto pisarle la mano a Messi (sin querer,claro) y verá como en cada partido es raro que no golpee accidentalmente a sus rivales. Le indulta el escudo, porque si luciese otro se perdería más partidos por sanción que el bueno de Cabral. 

Lo que pasa es que los hay que son tontos, y los hay que se lo hacen, y esa fue ayer la elección del asistente de Álvarez Izquierdo. Miró para otro lado y solo le faltó silbar a modo de disimulo. También se lo hizo Carlos Martínez, el narrador del plus, que sigue creyendo en la buena fe de Pepe (es un bonachón, que se lo digan a Casquero) y aseguró que había sido involuntario. A Carlos Martínez no lo considero tonto, por más que no sepa que Ricardo Lago es en realidad Roberto Lago, y que nuestro estadio se llama Balaídos, no Riazor. Tonto no es, pero se lo hizo. 

Y es que hay que ser tonto o hacérselo para creer que ese taconazo totalmente antinatural, infantil  e incluso hasta afeminado (espero que no se malinterprete este adjetivo) fue involuntario. Pepe venía picado porque le habían señalado fuera de juego en esa misma acción y lo pagó su frustración como a él le gusta: Pegando a sus compañeros de trabajo y enarbolando la bandera de que en el campo, con las pulsaciones a mil, se permite todo. Juzgad por vosotros. Considero que las imágenes hablan por sí solas.

Pepe no es un mal central, aunque ayer cometió un error de juvenil en el gol de Bustos, efectuando el saque de banda muy mal y perdiendo su posición lo que dejó el camino libre al alicantino. El problema de Pepe es que tiene un grave problema mental que lo transforma en un irresponsable  cuando las cosas le van mal. Ayer, con un 2-0 en contra, ante un recién ascendido, sacó lo peor de sí mismo, y fue Lago quien lo pagó. Bajo mi punto de vista, denigra la profesión de futbolista. Podría recomendarle un psicólogo, pero creo que bastaría con que los árbitros lo educasen y los medios de la caverna dejasen de justificarlo siempre.



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