Súper Mario sabe como hacerlo


EFE

No hay muchos jugadores del Celta que hayan tenido experiencias positivas en el Camp Nou, un campo generalmente difícil. Si el Celta no gana desde los años 40, tampoco los componentes de la actual plantilla pueden presumir de haber besado la gloria en el Camp Nou. Javi Varas lo hizo el año pasado, con un partido imponente en el que llegó a detener un penalty lanzado por el mismísimo Leo Messi, pero tampoco pudo ganar. Eso sería matrícula de honor. 

Tampoco ganó Bermejo, que visitó el coliseo azulgrana con el recién ascendido Xerez hace un par de temporadas. El partido acabó en 3-1 para los culés, pero Bermejo presentó sus credenciales con un golazo marca de la casa, pleno de potencia pero no exento de calidad técnica. Esa es la mejor definición del cántabro, un futbolista hecho y derecho al que los grandes escenarios no le pesan. Lo demostró esa misma temporada con el conjunto andaluz, anotando en campos emblemáticos como el Camp Nou o San Mamés. 

Precisamente en el Camp Nou anotó uno de los mejores goles de su carrera deportiva. Corría el minuto 24 de la primera mitad cuando Chigrinski, por entonces en el Barcelona, se lía en la salida de balón. Orellana, (lolo, lolo) aprovecha el fallo, roba el balón, conduce y ve el desmarque de Bermejo que golpea el balón de primeras, desde el pico del área y con una dureza inusitada. Nada puede hacer Valdés, que solo atina a ver entrar el balón por la escuadra. Un gol espectacular. En aquella ocasión no valió para que su equipo se llevase algo positivo. ¿Y si hoy fuese el día? 

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