Paco Herrera vive su peor inicio a domicilio como entrenador


Foto: Ricardo Grobas

Paco Herrera vive su peor arranque como entrenador a domicilio. Ninguno de sus equipos había tardado tanto en puntuar en campo ajeno como le sucede ahora con el Celta, un conjunto al que había convertido en una máquina de puntuar como foráneo en las dos anteriores temporadas en Segunda. A lo largo de su trayectoria, nunca había tenido que esperar más allá de la tercera salida para estrenarse a domicilio. Le sucedió con el Numancia en su primera etapa, que arrancó en Leganés.

El propio técnico se mostró extrañado por el mal arranque a domicilio en su última comparecencia. «Me duele especialmente porque si algo se ha dado en mi trayectoria personal es que los equipos que he entrenado siempre han sido buenos fuera de casa y este año es la primera vez que en mi estadística personal llevo seis partidos seguidos sin puntuar fuera de casa».

Herrera comenzó su carrera como entrenador 30 años atrás (1992) en su Badajoz. Y el pacense de adopción tardó dos viajes en puntuar como visitante. Fue en Figueres (1-3). En los 18 partidos que estuvo al frente del equipo consiguió dos triunfos más en Lugo y en Barcelona, con el filial azulgrana.

Dos años después cogió de nuevo al Badajoz en la jornadas 33, también en Segunda, y debutó con triunfo a domicilio: 0-3 en Toledo. Más tarde añadió el triunfo de Leganés a su estadística.

Butarque volvió a ser talismán cuando en el curso 97/98 ejerció de apagafuegos en el Numancia (0-1). Era la tercera salida después de sendos reveses con Sevilla y Atlético de Madrid B.

Un año después arrancó un empate en la tercera jornada en Sevilla, pero tuvo que esperar hasta la jornada 12 para ganar por primera vez fuera: 0-2 en Albacete. Después cosecharía tres triunfos más y ocho empates. Al año siguiente empezó con empate en Leganés y triunfo en San Lázaro ante el Compostela con el equipo emeritense.

En el año 2000 arrancó con el Numancia en Primera División, y antes de que fuera destituido en la jornada 12 le dio tiempo a ganar en Málaga y a sumar tres empates a domicilio, uno de ellos en el Camp Nou.

De regreso a Segunda le bastaron dos salidas para puntuar en El Molinón con el Albacete (que aquel año ganó cuatro veces fuera) y al estreno liguero del año siguiente firmó un 0-0 en Ipurúa para darle el primer punto al Poli Ejido, con quien ganó tres partidos y empató nueve. En el Recre, antes de su parón como técnico, se marchó del equipo en la undécima jornada con cinco empates a domicilio.

De vuelta en el 2009, en los últimos 19 partidos del Castellón, se estrenó ganando al Celta (1-2) y al curso siguiente, en idéntico período, aprovechó la segunda salida del Villarreal B para sumar un empate en Albacete.

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