El Celta no entiende de crisis


En noviembre de 2007, el presidente y máximo accionista del Celta, Carlos Mouriño, ofrecía una histórica rueda de prensa en la que cifraba la deuda del club en casi 84 millones de euros y achacaba dicho desfase a la gestión de la anterior directiva, encabezada por Horacio Gómez.

Cinco años después, el Celta debe únicamente 17 millones y sólo tres equipos de Primera presumen de una deuda inferior: el Athletic, el Getafe y el Granada.

'Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades'. La expresión, referida de manera injusta al ciudadano medio en estos tiempos de crisis, es en cambio el fiel reflejo de lo que durante años sucedió en el planeta fútbol. Los clubes acumulaban deuda sin que hubiera consecuencia alguna. No cumplían siquiera con Hacienda o la Seguridad Social, pero el balón seguía rodando. Hasta que pinchó.

La Ley Concursal fue la única vía de escape posible para decenas de equipos de Primera, Segunda y Segunda División B. El Celta fue uno de los pioneros y se benefició de unas condiciones muy ventajosas que hoy serían impensables. Caixanova capitalizó 5,5 millones de euros y se convirtió en el segundo máximo accionista del club –después del presidente, Carlos Mouriño– antes de que explotara la crisis financiera. Y la Agencia Tributaria, acreedor privilegiado, aceptó el pago aplazado de la deuda. Hoy, la transigencia del Gobierno con los clubes de fútbol ha tornado en intransigencia. O eso pretenden vender. La Ley Concursal fue modificada y ya no evita el descenso de categoría si median denuncias por impago, como sucedía otrora. Hacienda, por su parte, trata de ejemplarizar con el Deportivo, al que ha embargado todos sus ingresos.

El éxito del proceso concursal, la austeridad de su política económica durante las últimas cuatro temporadas (2008-2012) y el ascenso a Primera División han colocado al Celta en una situación privilegiada. Su deuda está controlada y, si continúa en la máxima categoría, desaparecerá en tres o cuatro años. Mientras, otros clubes adeudan todavía cantidades desorbitadas y cada vez son más los que han tenido que pasar por un proceso concursal o están en ello. En Primera, diez de los veinte equipos.

Los administradores concursales del Celta cifraron su deuda en casi 70 millones, que se redujeron a unos 30 tras la aprobación del convenio de acreedores y a unos 23 tras la ampliación de capital en la que entró Caixanova. La cifra siguió bajando en las últimas temporadas hasta situarse en la actualidad en algo más de 17, cuantía que el club vigués prevé reducir hasta los 14 a final del presente ejercicio, en el que el Celta multiplicará sus ingresos gracias, sobre todo, a los 23 millones por derechos televisivos que recibirá ahora que está en Primera División.

Sólo tres de sus rivales en la élite del fútbol español deben menos. El Athletic de Bilbao tiene deuda cero, igual que el Getafe. Al menos, eso es lo que asegura Ángel Torres, presidente del club azulón. Por su parte, el Granada, que hace dos años superó un proceso concursal que inició con una deuda muy inferior a la del Celta, apenas tiene cuatro millones pendientes de pago.

Los demás equipos de Primera deben más que la entidad que preside Carlos Mouriño. Los dos 'grandes' tienen deudas desorbitadas –576 millones el Real Madrid y 340 el Barcelona–, pero asumibles debido a su cifra de negocio. Muchos más problemas tienen, por ejemplo, clubes como el Atlético de Madrid (549 millones) o el Valencia (370), ya que sólo generan unos 100 millones de ingresos anuales, cuatro veces menos que el Madrid o el Barcelona. Estos cuatro clubes acumulan buena parte de la deuda total de la Primera División, que supera los 2.500 millones de euros.

Aunque con una deuda superior a la del Celta hay otros clubes que hoy disfrutan de la estabilidad económica que les faltó en su día, obligándoles a acogerse a la Ley Concursal. Por ejemplo, la Real Sociedad o el Levante.

Otros, en cambio, viven todavía entre interrogantes. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto debe el Deportivo –en proceso preconcursal– ni tampoco el Málaga del jeque Al Thani, aunque sus deudas se cifran en torno a los 90 y los 60 millones de euros, respectivamente. Casos como estos, en cualquier caso, empiezan a ser excepción. En tiempos de crisis, el fútbol español está obligado a sanearse. El Celta lleva ventaja. Hace cinco años inició su camino. Hoy, avista la meta.

Borja Barreira / Atlántico Diario

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