El sueño de todas las vidas del Gato

RCCV

Cuando Sergio Álvarez (Catoira, 3 de agosto de 1986) estiró de forma prodigiosa su brazo izquierdo para despejar de la escuadra de su portería el balón cabeceado por Álvaro Negredo, con él se estiraron sus compañeros, su peña –'O gato de Catoira', sita en Marcador a sus espaldas en ese momento–, todo Catoria, todos los entrenadores que lo han tenido en su carrera y todos los jugadores que han compartido vestuario con él. Porque este catoirense es de los futbolistas que te ganan primero por su corazón y, después, por sus condiciones.

La lesión de Javi Varas en el calentamiento acabó otorgando a Sergio la oportunidad por la que lleva trabajando desde que era un crío. Y trabajando de verdad. Desde que teniendo apenas 11 ó 12 años cogía el tren en su Catoria natal para acercarse hasta Vilagarcía para crecer como futbolistas en el Arousa, donde militó desde edad alevín hasta el segundo año de juveniles.

Con esos 16 años, Belarmino Alonso 'Milucho', por entonces responsable del primer equipo arousano, le dio el primer gran empujón al hacerlo debutar en Tercera División y, a continuación, darle informes más que positivos a Moncho Carnero y Javier Maté, por entonces segundo entrenador del primer equipo y responsable de las categorías inferiores del Celta, respectivamente. Y entró por A Madroa con 17 años y una bonhomía y capacidad de trabajo que supo mantener después.

'Me acuerdo. Fue hace mucho tiempo, aún tenía 17 años y recuerdo un niño que venía con mucha ilusión. Tenía en mente poder estar algún día aquí, pero parecía muy lejano. El viernes, se pudo hacer realidad jugar en Primera con el Celta, que era el sueño desde pequeño', comentaba ayer uno de los grandes protagonistas de la victoria celeste ante el Sevilla. 'Después de muchos años de trabajo, de esfuerzo, pasando por momentos difíciles, lo de ayer fue el premio a ese esfuerzo', añadió. Porque su camino en el club celeste, que inició raudo en el filial, sufrió un parón provocado por las lesiones, la cesión al Racing de Ferrol y la irrupción de Yoel, que le ganó la pelea por la titularidad de inicio la pasada campaña, aunque después Sergio acabó dándole la vuelta a la situación y quedándose esta campaña como segundo portero.

Tras todo el esfuerzo, el de Catoira quiere disfrutar al máximo de su debut en Primera, que ha llegado a sus 25 años. Y que adornó con una parada antológica, que relata sin aspavientos: 'Fue un centro de Navas que no viene muy fuerte. Cuando sale, yo intento corregir la posición en portería. Intenté reaccionar como pude y estuve afortunado. Pude ayudar al equipo a que no fuese gol y a conseguir los tres puntos'.

Más allá de la sencillez en la narración, el canterano celeste no oculta que ésa fue 'la parada más importante de mi carrera porque fue el partido más importante de mi carrera'. Lo tiene más que claro el catoirense 'porque es un encuentro de Primera, lo que siempre he esperado'. Y ya ha llegado. 'Habrá fiesta en Catoira', se le pregunta: 'Si no la hay, la hacemos'.

Santi Alonso / Atlántico Diario