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| Foto: Óscar Vázquez |
El presidente se emocionó no una ni dos, sino hasta en tres ocasiones. “Estoy muy bien, muy feliz, muy animado. Con una afición como ésta, animando así, es imposible no estarlo. Es más emocionante de lo que nunca había soñado”, dijo, al tiempo que reconoció que le hubiera gustado “no tener que esperar a la última jornada”. Mouriño hizo un llamamiento a la prudencia al alcanzar la Primera División. “A todos nos gusta conseguir los mayores éxitos, pero la realidad es muy cruda y a veces tenemos que moderar los sueños”.
Preguntado por la respuesta de la afición en Balaídos, mostró su sorpresa por la presencia “de gente tremendamente joven” en el campo el pasado domingo. “A ver si logramos esa comunión con la afición para darle el relevo a esa gente que lleva tanto tiempo en Balaídos”, apuntó. Dijo que sentía “muchísima emoción, sobre todo con la alusión de los jugadores hacia mí. Que hayamos logrado esto es porque estuvimos todos unidos, eso fue lo importante para lograrlo”, señaló.
A punto estuvieron de saltarle las lágrimas cuando se dirigió a la afición en Praza do Rei. “Os consideraba mis amigos, pero ahora mismo me gustaría fundirme con cada uno de vosotros en un fuerte abrazo para que sintiérais los latidos de mi corazón. Gracias a todos, os lo agradezco mucho”. Y acto seguido botó, como le pidieron los celtistas: “Que bote, que bote, que bote el presidente”.
Mouriño hizo entrega a los tres patrocinadores a los que visitó de una camiseta firmada por jugadores y cuerpo técnico. El discurso fue el mismo, destacando “las tres patas importantes de este proyecto” y recordando los malos momentos financieros que pasó el club -estuvo en concurso de acreedores-. “Ellos nos apoyaron cuando no se creía en nuestro proyecto”, destacó.
La fábrica viguesa de PSA Peugeot-Citroën le entregó una placa conmemorativa, Estrella Galicia objetos de la empresa y Novagalicia Banco una fotografía de una vista general de Vigo, la misma imagen que la entidad luce en su sede. Por su parte, el alcalde les regaló una figura del bicentenario, que recogió el capitán celeste Borja Oubiña.
Las frases de los aficionados
El saludo desde el balcón del Concello estuvo lleno de anécdotas. Una de las más curiosas fue cuando la afición gritó “Sólo hay un Mouriño y no es portugués”, en referencia al presidente del Celta y al entrenador del Real Madrid. Precisamente este equipo y el Barcelona fueron coreados en diversas ocasiones no sólo por el público sino por los propios jugadores celestes, que esperan ansiosos jugar en el Bernabéu y en el Nou Camp. Carlos Mouriño se lo tomó con muy buen humor y dijo que sus chicos “son muy ingeniosos”.
A. Estévez / Atlántico




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