Aspas. Terminó por explotar esta temporada. Desde una
posición nueva para él, la de delantero centro, el de Moaña anotó la friolera
de 23 dianas. Ídolo indiscutible del celtismo, se ha convertido en la estrella
del plantel. Genuino y rebelde, ha enamorado a Balaídos con sus diabluras.
Balaídos. Comenzó frío pero ha terminado recuperando su
fulgor de antaño. Pésimas entradas a principio de temporada, aunque dos llenos
en la segunda vuelta –Deportivo y Córdoba-. No obstante, su gran aportación al
ascenso radica en los partidos ante Almería y Xerez, donde empujó a los suyos
hacia la remontada.
Cantera. 11 de los 21 futbolistas que participaron en la
consecución del ascenso han sido formados en A Madroa o como mínimo han pasado
por el filial céltico. El Celta ha logrado subir a Primera División con un
bloque cuya columna vertebral está compuesta por futbolistas de la casa.
Djukic. El villano de la historia. Entrenador del principal
rival de los celestes en la lucha por el ascenso directo, el técnico pucelano
perdió los nervios a final de temporada cuando su equipo perdió su ventaja
respecto al Celta. Acusó sin pruebas a los de Herrera de primar tanto a los
rivales propios como a los adversarios del Valladolid. Balaídos se acordó de él
en la celebración del ascenso.
Épica. El Celta del ascenso ha sido también el Celta de las
remontadas. Hasta en cinco ocasiones fueron capaces los vigueses de levantar un
resultado adverso, tanto en Balaídos –Recreativo, Almería y Xerez- como a
domicilio –Villarreal B y Valladolid-.
Fabián Orellana. El chileno ha sido el auténtico jugón de
los celestes a lo largo de la temporada. Comenzó cuestionado por su
individualismo, pero terminó anotando 13 goles y dando 10 asistencias. Junto
con Iago Aspas formó una pareja letal que provocó enormes quebraderos de cabeza
a las defensas rivales.
Goles. En la campaña que acaba de terminar hemos visto al
Celta más goleador de su historia. 83 tantos, a una media de 1’9 por partido y
repartidos entre 12 futbolistas, que han convertido al conjunto olívico en el
más goleador de la competición. En España, sólo Real Madrid, Barcelona y Real
Madrid Castilla han marcado más goles que los célticos.
Herrera. El patrón del barco. Decisiones como la conversión
de Oier al puesto de central o el intercambio de demarcaciones entre Aspas y
Bermejo han resultado claves. Además, ha sabido gestionar mejor los recursos que la temporada pasada,
repartiendo los minutos entres los distintos futbolistas y permitiendo que el
equipo llegase en plena forma al tramo final.
Imbatibilidad. El Celta consiguió mantener la portería a
cero durante siete encuentros seguidos, lo que permitió establecer la tercera
mejor marca en la historia del club: 638 minutos. Fue el comienzo del despegue
de un equipo con problemas defensivos en el tramo inicial. Yoel, indiscutible
hasta la lesión, cedió su sitio a Sergio durante la segunda vuelta. Ambos
hicieron olvidar por completo a Ismael Falcón.
Joan Tomás. Sin duda, un hombre clave para la consecución
del ascenso. Desde su rol de revulsivo, aportó su calidad y visión de juego a
muchas segundas partes, anotando goles decisivos como el del empate en Huesca,
el que certificaba la remontada ante el Almería o el que daba tres puntos de
oro al Celta ante el Valladolid.
Káiser. Aunque llegó para jugar en el lateral derecho, Oier
Sanjurjo terminó por asentarse en el puesto de central diestro. Rápido, intenso
y contundente, formó pareja con Túñez al término del primer tercio de
competición. Ya nadie lo movería de ahí. Auténtica revelación de la temporada,
el Celta tratará de retener a su “káiser”.
López, Álex. El motor del Celta. De sus botas nace el caudal
ofensivo de un equipo que ha destacado por su fútbol de ataque. Cual
termómetro, determina el estado del conjunto: si él está bien, el equipo juega
bien; si no carbura, el grupo se resiente. Pieza indiscutible para Herrera,
Alejandro Magno también ha mejorado sus registros goleadores –anotó 6 tantos-,
especialmente en el tramo final de campaña.
Mario Bermejo. SúperMario ha resultado ser una auténtica bendición
para el Celta. Arribó en Vigo como delantero, pero Herrera decidió retrasarlo a
la mediapunta para mejorar el fútbol de Aspas. El cántabro ha realizado una
labor oscura pero impagable, trabajando para sus compañeros de ataque y
aportando 9 goles. Dos cabezazos suyos posibilitaron la victoria ante el
Almería en su actuación más destacada. Increíble el compromiso que demostró el
día del Xerez, arengando sin cesar a la grada desde el banquillo para lograr la
remontada.
Natxo Insa. Pese a que finalmente contó con menos
protagonismo del que se le presuponía en pretemporada, el centrocampista
valenciano ha terminado siendo una pieza importante al anotar el último gol
celeste de la temporada, el que dio la victoria ante el Nástic, el que puede
ser “el gol del ascenso”.
Oubiña. Resurgió de sus cenizas cual ave fénix. Tras cuatro
años lastrado por las lesiones, el capitán céltico sorprendió a propios y
extraños mostrando un nivel muy cercano al de su mejor época. Calló a los
escépticos y ser convirtió en el pulmón del equipo. Junto con Álex López
conformó el mejor mediocampo de la categoría.
Peñas. La desgracia de Granada hizo aflorar el sentimiento
celtista como pocas veces se recuerda. Hasta trece peñas nuevas se
constituyeron a lo largo de la temporada: “Irmandiños 1923” (Vigo), “Sobran os
motivos” (Vigo), “Cantareiros” (Vigo), “Yoel Rodríguez” (Vigo), “Preferencia Celeste” (Vigo), “Iago Aspas” (Moaña), “Sergio Álvarez, O Gato”
(Catoira), “Merlengos celestes” (Santiago), “Norte Celeste” (A Coruña), “Arribada
Celeste” (Baionia), “Morriña celeste” (Madrid), “América” (A Estrada) y “Revolta celeste” (A
Guarda).
Quique De Lucas. Apagado a final de curso, el catalán volvió
a resultar decisivo en los dos primeros tercios de competición. Con nueve goles
y un buen puñado de asistencias, el jugador de L’Hospitalet fue básico en la
consecución del ascenso. El 30 de junio terminaba su contrato, pero ya ha
renovado por una temporada más.
Rivalidad. Después de más de cuatro años volvió a disputarse
el derbi gallego. En dos duelos cargados de emoción, intensidad, tensión,
pasión y goles, el Deportivo se llevó el gato al agua en sendas ocasiones con
dos dianas en los minutos finales. Los de Paco Herrera pusieron el fútbol,
especialmente en la ida, pero tropezaron ante el oficio y la pegada
blanquiazul.
Suspensión. Hasta en dos ocasiones tuvo que ver el Celta como
su partido era interrumpido y pospuesto para otra fecha. En Cartagena, con 1-1
en el marcador, Pino Zamorano detuvo el
juego tras recibir uno de sus asistentes una agresión desde la grada. Los 31
minutos restantes se disputarían un mes más tarde sin consecuencias en el
tanteador. Por su parte, en Guadalajara, un apagón retrasó hasta el día siguiente
la conclusión de encuentro al que le restaban 10 minutos con 0-3 en el
electrónico. Tampoco sucedió nada.
Toni. El extremo coruñés, que tan sólo un año antes había
sido cedido al Huesca ante la falta de minutos, explotó en el tramo final de
temporada y llegó incluso a desbancar a un hasta entonces intocable Quique De
Lucas. Partidazos ante Alcoyano, Alcorcón, Guadalajara o Xerez sirvieron para
demostrar la calidad de un futbolista con futuro que cuenta todavía con un
amplio margen de mejora.
Últimos minutos. Muchos de los encuentros del Celta esta
temporada se decidieron en los últimos minutos, tanto para lo bueno como para
lo malo. Los vigueses perdieron los dos derbis en los instantes finales, lo que
posibilitó la diferencia final de 6 puntos entre ambos conjuntos. No obstante,
en el plano positivo, obtuvo triunfos decisivos como ante Villarreal B o
Valladolid y puntos importantes ante Xerez, Huesca o el propio Valladolid en
Balaídos.
Viajes. La afición celeste volvió a ser más viajera que
nunca. A lo largo de toda la campaña, raro fue el desplazamiento en el que no
había algún aficionado céltico en el estadio. Los más multitudinarios fueron los
de A Coruña, Valladolid y Tarragona, aunque también hubo otros destacados como
Guadalajara, Alcorcón, Sabadell o Barcelona. En todos ellos, peñas en el exilio
como Morriña Celeste o Blau Cel tuvieron una presencia notable.
Webs celestes. Este también fue el año de la explosión de
las plataformas digitales. Moiceleste, El Fútbol es Celeste, Noticias Celta o
Siareiros.net han contado con gran repercusión dentro del celtismo,
estableciéndose como fuente importante de información de los aficionados.
X (empate). Fue el resultado que permitió al Celta alcanzar
la gloria en la última jornada. En un partido sin historia, los vigueses
igualaron a ceros con el Córdoba. Un resultado que contentaba a ambos y que
generó mucha polémica a lo largo de la semana. Un marcador que redondeó una
lucha de 42 jornadas.
Yuyu. Al equipo le entraron los nervios en el mes de abril.
El fantasma de la debacle del curso anterior persiguió al Celta durante toda la
campaña. Tras encadenar 7 victorias consecutivas, una serie de malos
resultados, incluida la derrota en el derbi, llevó la desconfianza al celtismo.
Las dudas se disiparon con la goleada al Barça B, preludio de un final de
temporada espectacular.
Zorrilla. Al margen de Balaídos, se puede decir que el
coliseo pucelano ha sido el estadio del ascenso céltico. En él, el Celta dio un
golpe de autoridad tras vencer por 1-2 a los locales con un gol de Joan
Tomás en el último suspiro. Allí también tuvo lugar el empate entre Valladolid
y Hércules con un tanto de Manucho en propia puerta que permitió a los vigueses
volver a depender de sí mismos a falta de cinco jornadas para la conclusión.
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