El abecedario del ascenso


Foto: Óscar Vázquez

Aspas. Terminó por explotar esta temporada. Desde una posición nueva para él, la de delantero centro, el de Moaña anotó la friolera de 23 dianas. Ídolo indiscutible del celtismo, se ha convertido en la estrella del plantel. Genuino y rebelde, ha enamorado a Balaídos con sus diabluras.

Balaídos. Comenzó frío pero ha terminado recuperando su fulgor de antaño. Pésimas entradas a principio de temporada, aunque dos llenos en la segunda vuelta –Deportivo y Córdoba-. No obstante, su gran aportación al ascenso radica en los partidos ante Almería y Xerez, donde empujó a los suyos hacia la remontada.

Cantera. 11 de los 21 futbolistas que participaron en la consecución del ascenso han sido formados en A Madroa o como mínimo han pasado por el filial céltico. El Celta ha logrado subir a Primera División con un bloque cuya columna vertebral está compuesta por futbolistas de la casa.

Djukic. El villano de la historia. Entrenador del principal rival de los celestes en la lucha por el ascenso directo, el técnico pucelano perdió los nervios a final de temporada cuando su equipo perdió su ventaja respecto al Celta. Acusó sin pruebas a los de Herrera de primar tanto a los rivales propios como a los adversarios del Valladolid. Balaídos se acordó de él en la celebración del ascenso.

Épica. El Celta del ascenso ha sido también el Celta de las remontadas. Hasta en cinco ocasiones fueron capaces los vigueses de levantar un resultado adverso, tanto en Balaídos –Recreativo, Almería y Xerez- como a domicilio –Villarreal B y Valladolid-.

Fabián Orellana. El chileno ha sido el auténtico jugón de los celestes a lo largo de la temporada. Comenzó cuestionado por su individualismo, pero terminó anotando 13 goles y dando 10 asistencias. Junto con Iago Aspas formó una pareja letal que provocó enormes quebraderos de cabeza a las defensas rivales.

Goles. En la campaña que acaba de terminar hemos visto al Celta más goleador de su historia. 83 tantos, a una media de 1’9 por partido y repartidos entre 12 futbolistas, que han convertido al conjunto olívico en el más goleador de la competición. En España, sólo Real Madrid, Barcelona y Real Madrid Castilla han marcado más goles que los célticos.

Herrera. El patrón del barco. Decisiones como la conversión de Oier al puesto de central o el intercambio de demarcaciones entre Aspas y Bermejo han resultado claves. Además, ha sabido gestionar mejor los recursos que la temporada pasada, repartiendo los minutos entres los distintos futbolistas y permitiendo que el equipo llegase en plena forma al tramo final.

Imbatibilidad. El Celta consiguió mantener la portería a cero durante siete encuentros seguidos, lo que permitió establecer la tercera mejor marca en la historia del club: 638 minutos. Fue el comienzo del despegue de un equipo con problemas defensivos en el tramo inicial. Yoel, indiscutible hasta la lesión, cedió su sitio a Sergio durante la segunda vuelta. Ambos hicieron olvidar por completo a Ismael Falcón.

Joan Tomás. Sin duda, un hombre clave para la consecución del ascenso. Desde su rol de revulsivo, aportó su calidad y visión de juego a muchas segundas partes, anotando goles decisivos como el del empate en Huesca, el que certificaba la remontada ante el Almería o el que daba tres puntos de oro al Celta ante el Valladolid.

Káiser. Aunque llegó para jugar en el lateral derecho, Oier Sanjurjo terminó por asentarse en el puesto de central diestro. Rápido, intenso y contundente, formó pareja con Túñez al término del primer tercio de competición. Ya nadie lo movería de ahí. Auténtica revelación de la temporada, el Celta tratará de retener a su “káiser”.

López, Álex. El motor del Celta. De sus botas nace el caudal ofensivo de un equipo que ha destacado por su fútbol de ataque. Cual termómetro, determina el estado del conjunto: si él está bien, el equipo juega bien; si no carbura, el grupo se resiente. Pieza indiscutible para Herrera, Alejandro Magno también ha mejorado sus registros goleadores –anotó 6 tantos-, especialmente en el tramo final de campaña.

Mario Bermejo. SúperMario ha resultado ser una auténtica bendición para el Celta. Arribó en Vigo como delantero, pero Herrera decidió retrasarlo a la mediapunta para mejorar el fútbol de Aspas. El cántabro ha realizado una labor oscura pero impagable, trabajando para sus compañeros de ataque y aportando 9 goles. Dos cabezazos suyos posibilitaron la victoria ante el Almería en su actuación más destacada. Increíble el compromiso que demostró el día del Xerez, arengando sin cesar a la grada desde el banquillo para lograr la remontada.

Natxo Insa. Pese a que finalmente contó con menos protagonismo del que se le presuponía en pretemporada, el centrocampista valenciano ha terminado siendo una pieza importante al anotar el último gol celeste de la temporada, el que dio la victoria ante el Nástic, el que puede ser “el gol del ascenso”.

Oubiña. Resurgió de sus cenizas cual ave fénix. Tras cuatro años lastrado por las lesiones, el capitán céltico sorprendió a propios y extraños mostrando un nivel muy cercano al de su mejor época. Calló a los escépticos y ser convirtió en el pulmón del equipo. Junto con Álex López conformó el mejor mediocampo de la categoría.

Peñas. La desgracia de Granada hizo aflorar el sentimiento celtista como pocas veces se recuerda. Hasta trece peñas nuevas se constituyeron a lo largo de la temporada: “Irmandiños 1923” (Vigo), “Sobran os motivos” (Vigo), “Cantareiros” (Vigo), “Yoel Rodríguez” (Vigo), “Preferencia Celeste” (Vigo),  “Iago Aspas” (Moaña), “Sergio Álvarez, O Gato” (Catoira), “Merlengos celestes” (Santiago), “Norte Celeste” (A Coruña), “Arribada Celeste” (Baionia), “Morriña celeste” (Madrid),  “América” (A Estrada) y “Revolta celeste” (A Guarda).

Quique De Lucas. Apagado a final de curso, el catalán volvió a resultar decisivo en los dos primeros tercios de competición. Con nueve goles y un buen puñado de asistencias, el jugador de L’Hospitalet fue básico en la consecución del ascenso. El 30 de junio terminaba su contrato, pero ya ha renovado por una temporada más.

Rivalidad. Después de más de cuatro años volvió a disputarse el derbi gallego. En dos duelos cargados de emoción, intensidad, tensión, pasión y goles, el Deportivo se llevó el gato al agua en sendas ocasiones con dos dianas en los minutos finales. Los de Paco Herrera pusieron el fútbol, especialmente en la ida, pero tropezaron ante el oficio y la pegada blanquiazul.

Suspensión. Hasta en dos ocasiones tuvo que ver el Celta como su partido era interrumpido y pospuesto para otra fecha. En Cartagena, con 1-1 en el marcador, Pino Zamorano  detuvo el juego tras recibir uno de sus asistentes una agresión desde la grada. Los 31 minutos restantes se disputarían un mes más tarde sin consecuencias en el tanteador. Por su parte, en Guadalajara, un apagón retrasó hasta el día siguiente la conclusión de encuentro al que le restaban 10 minutos con 0-3 en el electrónico. Tampoco sucedió nada.

Toni. El extremo coruñés, que tan sólo un año antes había sido cedido al Huesca ante la falta de minutos, explotó en el tramo final de temporada y llegó incluso a desbancar a un hasta entonces intocable Quique De Lucas. Partidazos ante Alcoyano, Alcorcón, Guadalajara o Xerez sirvieron para demostrar la calidad de un futbolista con futuro que cuenta todavía con un amplio margen de mejora.

Últimos minutos. Muchos de los encuentros del Celta esta temporada se decidieron en los últimos minutos, tanto para lo bueno como para lo malo. Los vigueses perdieron los dos derbis en los instantes finales, lo que posibilitó la diferencia final de 6 puntos entre ambos conjuntos. No obstante, en el plano positivo, obtuvo triunfos decisivos como ante Villarreal B o Valladolid y puntos importantes ante Xerez, Huesca o el propio Valladolid en Balaídos.

Viajes. La afición celeste volvió a ser más viajera que nunca. A lo largo de toda la campaña, raro fue el desplazamiento en el que no había algún aficionado céltico en el estadio. Los más multitudinarios fueron los de A Coruña, Valladolid y Tarragona, aunque también hubo otros destacados como Guadalajara, Alcorcón, Sabadell o Barcelona. En todos ellos, peñas en el exilio como Morriña Celeste o Blau Cel tuvieron una presencia notable.

Webs celestes. Este también fue el año de la explosión de las plataformas digitales. Moiceleste, El Fútbol es Celeste, Noticias Celta o Siareiros.net han contado con gran repercusión dentro del celtismo, estableciéndose como fuente importante de información de los aficionados.

X (empate). Fue el resultado que permitió al Celta alcanzar la gloria en la última jornada. En un partido sin historia, los vigueses igualaron a ceros con el Córdoba. Un resultado que contentaba a ambos y que generó mucha polémica a lo largo de la semana. Un marcador que redondeó una lucha de 42 jornadas.

Yuyu. Al equipo le entraron los nervios en el mes de abril. El fantasma de la debacle del curso anterior persiguió al Celta durante toda la campaña. Tras encadenar 7 victorias consecutivas, una serie de malos resultados, incluida la derrota en el derbi, llevó la desconfianza al celtismo. Las dudas se disiparon con la goleada al Barça B, preludio de un final de temporada espectacular.

Zorrilla. Al margen de Balaídos, se puede decir que el coliseo pucelano ha sido el estadio del ascenso céltico. En él, el Celta dio un golpe de autoridad tras vencer por 1-2 a los locales con un gol de Joan Tomás en el último suspiro. Allí también tuvo lugar el empate entre Valladolid y Hércules con un tanto de Manucho en propia puerta que permitió a los vigueses volver a depender de sí mismos a falta de cinco jornadas para la conclusión.

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