Cinco años en el infierno (V) El penalty de Farinós


Especial cinco años en el Infierno, donde repasaremos los eventos más importantes del Celta en su trayectoria por segunda división. Un lustro de penurias, sufrimiento e ilusión que ha terminado con final feliz. 

31 de mayo de 2009. Son aproximadamente las 13:50 de un domingo cualquiera. Pero no es un domingo cualquiera. El Celta se juega gran parte de sus aspiraciones ante el Hércules, un equipo al que solo le vale la victoria para seguir aspirando al ascenso.

Pongámonos en situación. El Hércules comenzó adelantándose con un penalti inventado por el arbitro que transforma con gran tranquilidad Farinós, el especialista lanzadores de penas máximas herculista. El Celta se rehace y consigue remontar, algo sorprendente, primero con un gran gol de Ghilas y unos minutos después Edu Moya con su pierna izquierda, favorecido por el rechace. Ya en el descuento, el Hércules aprovecharía un garrafal error de la defensa celtiña para igualar el marcador.

El Celta sale a la segunda mitad con la idea de que el empate no es malo. Así, se echa ligeramente atrás en busca de una jugada a la contra y tres puntos que podrían ser maravillosos y vitales. Pero no lo consigue, goza de alguna que otra oportunidad, pero no las consigue materializar. A tres minutos del final del partido, Dinei se enzarza en una absurda pelea con un rival y es expulsado. Su baja, se sumaría a la de Ghilas, concentrado con su selección, y dejaría al Celta en cuadro en cuanto a delanteros se refiere.

Eusebio introduce a Jonathan Vila en el terreno de juego para perder tiempo y congelar el partido. No lo consigue. Cuando pasan tres minutos del tiempo reglamentario, una disputa de balón entre Tote y Noguerol se transforma en el cerebro de Hernández Hernández en penalty. El banquillo celeste entra en cólera. Los errores arbitrales duelen, especialmente por repetidos y se asoma, otra vez, el fantasma de los puntos perdidos en el descuento, como en la jornada anterior con el Murcia como rival.

Farinós agarra el balón con firmeza ante la desesperación de un Noguerol al que nadie es capaz de consolar. Falcón vuelve a estar debajo de los palos, como en la primera mitad. Todos nos acordamos de Notario, que durante la temporada había detenido varios penaltis. El celtismo está en extasis, y los aficionados herculanos ven más cerca el ascenso. Farinós se decide a lanzar el penalty, y esos segundos, eternos segundos, se hacen interminables para el celtismo... el balón ha dado en el poste. Farinós ha fallado el penalty y no hay tiempo para más. El arbitro señala el final del partido.

Ahora sí, el Celta había ganado un punto en el descuento, porque ya lo habia dado por perdido. Ese penalty fallado supuso un punto para el Celta, que sería vital. Permitía llegar al siguiente choque, ante el Alavés en Balaídos, con la posibilidad de saber que una victoria pondría fin a la temporada. Fue uno de los momentos claves de esa temporada.

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