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La selección de Javier Clemente entrena en Balaídos. // FDV |
Un Balaídos recién construido acogió el 2 de abril de 1933 el primer duelo de los cuatro que España y Portugal han jugado en Vigo. Todos amistosos. El segundo no consta en la historia oficial porque lo organizaron los golpistas en plena guerra civil como acto de propaganda contra el gobierno republicano.
Dos viejas conocidas vuelven a verse las caras a miles de kilómetros de distancia de la frontera que comparten. España y Portugal disputan hoy en Ucrania su trigésimo octavo enfrentamiento, de los que solamente ocho se han celebrado en competiciones oficiales. El último de éstos, hace dos años, fue en el Mundial de Suráfrica, en el que la Roja se impuso gracias a un gol de David Villa, uno de los ausentes en el partido que comenzará a las 20.45 en Donetsk.
Después de la cita mundialista en el continente africano, españoles y lusos coincidieron en Lisboa, en un amistoso, a finales de 2010. Golearon los locales (4-0). Ese es el último referente de una trayectoria común que comenzó el 18 de diciembre de 1921 en Madrid. Desde entonces, Vigo ha sido sede de cuatro enfrentamientos ibéricos, con un saldo equilibrado: una victoria y un empate para cada uno de los contendientes.
La proximidad con la frontera ha hecho de Balaídos uno de los estadios recurrentes cuando españoles y portugueses querían medir su potencial futbolístico, que hasta el momento se decanta a favor de los primeros: 17 victorias y 12 empates para la Roja, que solamente ha sufrido 8 derrotas ante su eterno rival.
La primera presencia del combinado portugués en Vigo se remonta al año 1933. Con el estadio de Balaídos recién construido, la visita de ambas selecciones supuso un gran acontecimiento social en la ciudad. De hecho, 25.000 aficionados presenciaron el encuentro, con una recaudación que alcanzó las 160.000 pesetas. La cita no se la perdió ni Miss España. La fiesta fue completa, pues la Roja ganó con comodidad a su vecino (3-0), en un ambiente de gran deportividad, a pesar de la rivalidad entre los dos países.
En plena guerra civil
La segunda cita que las dos selecciones concertaron en el estadio vigués tuvo un marcado carácter político. Se celebró en plena guerra civil española. Ocurrió el 28 de noviembre de 1937. Los sublevados utilizaron este partido amistoso como acto de propaganda contra el gobierno republicano. Los lusos aprovecharon la debilidad de una selección que había perdido a muchas de sus grandes estrellas para llevarse una victoria por la mínima (1-2). Ese duelo ibérico, de hecho, no aparece en la historia oficial de la selección española.
Durante la dictadura de Franco, Vigo quedó en el olvido para los federativos. La ciudad tuvo que esperar cuarenta y dos años para disfrutar de nuevo de un enfrentamiento de rivalidad peninsular.
La tercera ocasión que españoles y portugueses jugaron en Balaídos fue el 26 de septiembre de 1979. Fue otro amistoso, aunque con un gran atractivo para los aficionados, pues ambas llevaban 15 años sin enfrentarse. Este duelo será recordado por la polémica que provocó en Portugal la ausencia de los jugadores del Oporto. De hecho, la expedición lusa evitó el paso por la capital del Duero ante posibles disturbios callejeros.
Y las citas de rivalidad ibérica en Balaídos se completan, por el momento, con el partido celebrado el 19 de enero de 1994. Javier Clemente acudió a Vigo con un equipo en el que estaban los célticos Jorge Otero y Santiago Cañizares. 30.000 espectadores disfrutaron de un duelo que concluyó en empate (2-2).
Jaime Conde / Faro de Vigo
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