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Foto: Marcos Bacariza |
Sobre las nueve de la noche partió la expedición de aficionados celestes rumbo a Tarragona. Ayer lo había hecho la primera avanzadilla. Mañana se reunirán todos en la Fan Zone que han preparado en Tarragona para los seguidores célticos. Todo un detalle, más necesario que nunca, para unir a los más de 1.000 aficionados celestes que apoyarán al equipo en el Nou Estadi. Por delante queda un largo viaje y una vuelta que será más o menos dura en función del resultado cosechado.
Unas catorce horas, con tres paradas para repostar y vaciar vientres y vejigas, para aquellos en cuyos buses no hay baños o no se pueden usar. Cosas de la precariedad. Ni las 14 horas, ni la ausencia de baños, ni las ganas reprimidas serán capaces de ganar a la ilusión que se refleja en las caras de los celtistas que hace poco más de dos horas merodeaban el Estadio de Balaídos en busca del bus que les llevaría a la ciudad llamada ascenso.
Tratarán de vencer al cansancio, de soportar como puedan el duro trayecto, apoyados en cánticos celestes, en anécdotas de otros viajes, tal vez de algún partido. Recordarán lo que ha sido la temporada. Días duros, remontadas históricas, algún que otro golpe en el costado, de esos que duelen. Suspensiones de partidos, huelgas, apagones. ¿Quién pisó ese cable?. Partidos de 31 minutos.. partidos de 10 minutos. ¿Qué más nos puede pasar?. Se reirán, ironizarán sobre el potencial goleador de Papadopoulos. Discutirán sobre la idoneidad de desprenderse de Trashorras. ¿Orellana es héroe o villano?. Bueno, cada vez hay menos debate al respecto.
Hablarán de otras temporadas, recordarán a Mostovoi. ¿Cuántas veces se pronuncia el nombre de Mostovoi al día entre el celtismo?. Mazinho, Mostovoi, Gudelj, Karpin.. una generación entera de celtistas se enamoraron del fútbol viéndolos jugar. Habrá debate, mucho cachondeo, risas, recuerdos, otra vez se volverá a cantar. ¿Nos atrevemos con la Rianxeira? ¿Quién ha puesto la música?. Rodará el licor café de asiento en asiento. Controlad, pero sobre que no lo pruebe el chófer. Y todo ello hasta caer rendidos.. de sueño y felicidad. Tal vez alguno entre en moiceleste antes de irse a dormir. Sería un detalle.
Y cuando cierren los ojos soñarán. Se imaginarán esa victoria en Tarragona, a Abalo saltando al césped loco de alegría e incapaz de reprimirla. A toda la grada celeste loca de alegría. Se imaginarán Praza América y al equipo llegando en un autobús descapotable. Se verán a ellos mismos sobre el césped del Nou Estadi arrancando la hierba, llevándose cualquier recuerdo que tengan a mano. Soñarán porque eso nadie se lo podrá impedir. Y es que esta noche, de madrugada, los sueños viajan en bus. Desde Vigo a Tarragona. ¡Qué tengáis buen viaje y no os olvidéis de traeros los tres puntos!
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