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Foto: Ricardo Grobas |
Mañana a estas horas prácticamente conoceremos la resolución de la jornada, y quién sabe si de la temporada. El Celta se presentará en Tarragona con opciones de terminar el día en Primera División, aunque será muy difícil que tal logro se alcance antes del próximo 3 de junio, fecha en la que el Córdoba visitará al Celta. La única opción de celebrar mañana la gloria del ascenso será si se conjuga una victoria celeste en Tarragona con una derrota del Valladolid en Alcorcón. Y no será fácil, lo sabemos.
El problema (bendito problema) es que la ilusión ha anidado de tal manera en la afición celeste que será difícil desterrarla. Ahora que sentimos en la yema de los dedos el ascenso es cuando empezamos a sentir la importancia de este partido, la trascendencia de un choque que congregará a cerca de 2.000 celtistas en el Nou Estadi de Tarragona, que movilizará a seguidores celestes llegados desde diversos puntos de la geografía gallega, española y mundial. El centro del universo celeste será mañana Tarragona, y las esperanzas de una hinchada ansiosa por celebrar se jugarán entre la vieja Tarraco y la madrileña Alcorcón.
Y es ahora, cuando todos sentimos algo rozando la yema de los dedos, cuando deseamos apretarlo con fuerza. ¿Lo sientes?,¿Sientes la calidez de ese objeto llamado ascenso?. ¿Sientes como solo basta estirar un poco más la mano? ¿Sientes su olor cuando estáis a punto de agarrarlo? Definitiamente ahora no se nos puede escapar. Lo hemos tenido tan lejos, hemos soñado con él, lo hemos visto imposible, nos hemos ilusionado sin motivo, comi niños. Nos hemos enfadado con el mundo, nos hemos reconciliado.. y ahora estamos aquí, a un milímetro. Un eterno milímetro. Un interminable milímetro. Como sufrimos para tenerlo, pero ahora roza la yema de nuestros dedos. Que no se muera esta ilusión.
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