![]() |
Foto: Jorge Landín |
Uno menos. El Celta venció al Alcorcón en una lección de solvencia y fiabilidad y encara los últimos cinco partidos de liga con energías renovadas tras la desangelada sensación que habían dejado los 31 minutos de Cartagena. Lo hace además en puestos de ascenso directo, siempre a expensas de lo que haga el Real Valladolid en su encuentro dominical ante el Hércules, y con un calendario relativamente asequible en comparación con el de su principal adversario. No en vano, el Alcorcón era a priori el rival más complicado de los que le quedaban al conjunto dirigido por Paco Herrera, pero los celestes firmaron un partido muy serio y se llevaron tres importantes puntos que, por otra parte, certifican virtualmente la presencia en la promoción de ascenso.
No fue un encuentro sencillo a pesar de lo abultado del marcador. El conjunto alfarero demostró por qué está donde está en la clasificación y complicó la vida a los vigueses durante muchos momentos. Con una presión adelantada y discutiéndole la posesión al Celta, los de Anquela maniataron al equipo local durante los primeros minutos. Tuvieron que aparecer “los locos bajitos” para que el triunfo se quedase en casa. Aspas, Orellana y Toni firmaron un partido notable, secundados por el mejor escudero posible, un Mario Bermejo al que habría que hacerle un monumento en honor a su temporada. De la mano de este tridente, al que se sumaría posteriormente Joan Tomás, los olívicos acercaron el triunfo antes del descanso y lo redondearon en la segunda mitad.
Y es que al margen del sacrificio y galones de Bermejo, de un superlativo Álex López o de la seguridad defensiva de Oier y Túñez, el Celta de las últimas semanas se sostiene sobre un cuarteto de pequeños malabaristas del balón capaces de desatascar un partido con sus diabluras. Iago Aspas, consolidado ya como goleador, Orellana, posiblemente el futbolista en mejor forma de la plantilla, Joan Tomás, absolutamente decisivo desde su rol de revulsivo, y Toni , cada vez con más protagonismo, marcan a día de hoy el ritmo del Celta.
Estaría bien hacer un recuento de todos los puntos que han dado al equipo vigués estos cuatro futbolistas, especialmente los tres primeros. Ayer, por lo de pronto, el de Moaña anotó dos tantos y perdonó un tercero, mientras que Orellana, ese jugador que ha conseguido transformar los pitos de la primera vuelta en aplausos, hizo su undécimo tanto de la temporada, el segundo del equipo. Un tanto precedido de una excepcional acción de Toni, con control exquisito y pase magistral incluidos. Al final, Joan Tomás se sumó a la fiesta en los últimos compases y también tuvo su oportunidad para engordar el electrónico.
Todos ellos iniciaron la temporada en el banquillo y todos ellos han terminado por resultar claves en el momento más importante de la temporada. Llegan enchufados al tramo final, especialmente un Orellana que concede al Celta un salto de calidad tremendo. Esperemos que la luz no se les apague y que prolonguen su estado de gracia al menos cinco jornadas más, empezando por el encuentro del martes ante el Guadalajara: la siguiente final.
0 comments:
Publicar un comentario