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Foto: José Lores |
La pareja que forman Oier y Túñez volvió a tener premio. El navarro, duda hasta última hora, volvió a ser una de las claves del buen trabajo defensivo del Celta. Muchos destacan la importancia de la sociedad Fabián Orellana – Iago Aspas. Pero la pareja de centrales del conjunto vigués se ha erigido como una de las claves del equipo que dirige Paco Herrera. El aspecto a mejorar en el último mes era los registros defensivos. La estrategia volvía a ser un problema. Y el cerrojo estuvo perdido durante varias semanas.
El Alcorcón volvía a poner a prueba a la retaguardia celeste. El equipo amarillo llegaba a Vigo mermado en ataque. Quini, máximo realizador alfarero, y Quini causaban baja. Además, Anquela tampoco podía contar con otros dos de sus piezas básicas. El excéltico Fernando Sales, sancionado, y Sergio Mora, lesionado, tampoco jugarían en Balaídos. El enemigo era un viejo conocido. Oriol Riera sería la referencia ofensiva del conjunto madrileño. El catalán perforó la meta de Sergio, aunque el colegiado anuló el gol por estar en posición de fuera de juego.
La otra amenaza del equipo que dirige Anquela era Paco Montañés. El extremo alfarero fue una pesadilla para la zaga celeste en el primer cuarto de hora de partido. Sin embargo, acabó siendo sustituido en la segunda mitad por Miguélez. Al Alcorcón le faltaba la pegada de otras ocasiones. Oier y Túñez, con la ayuda de Bustos, neutralizaban las embestidas de un rival que no fue capaz de batir al "gato de Catoira".
Al final, victoria contundente del Celta. Lo mejor no sólo fueron los tres puntos. El conjunto vigués vuelve a no encajar goles. Se mostró sólido atrás (apenas le crearon peligro en el segundo período) y seguro a la hora de defender las acciones a balón parado.
Faro de Vigo
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