Vuelve Quique De Lucas. El catalán, desplazado al banquillo
en las últimas fechas ante al buen hacer de Toni, regresará el próximo domingo
al once titular del Celta. No lo hará de la mejor manera posible. Sus méritos
futbolísticos no serán los causantes de su titularidad, sino que ésta se
producirá debido a la sanción disciplinaria que cumplirá el extremo coruñés. Sea
como fuere, regresa un hombre decisivo, quizás el más decisivo de todos si nos
ceñimos a la simple estadística, y lo hará en el momento clave, en el que puede
ser el gran día del celtismo.
Su rendimiento, al
igual que aconteciera la temporada pasada, ha ido en declive a lo largo de la
campaña. Comenzó como un tiro, pero poco a poco su llama se ha ido apagando.
Fruto probablemente de la fatiga física, De Lucas ya no es el mismo de los dos
primeros tercios de la competición. Entonces ofrecía goles, asistencias, era el
motor ofensivo de un Celta que luchaba por asentarse en los puestos de ascenso
directo. Sin hacer un partido brillante, una individualidad suya conseguía
decantar un encuentro. Cuando parecía no estar sobre el terreno de juego,
siempre aparecía para marcar las diferencias. Como con aquel doblete al Murcia,
o con aquella asistencia frente al Nástic, o con aquel libre directo ante el
Elche, o con aquellos dos pases de la muerte frente al Numancia…
Apareció por última
vez en el derbi. Marcó un golazo y generó otro en un día de lo más discreto, prueba
evidente de su calidad. Pero desde entonces, nada. El mal partido ante el Barça
B y la quinta amarilla en Cartagena lo enviaron al banco. Toni aprovechó su
oportunidad a las mil maravillas y consiguió lo que parecía imposible: convertir
a Quique De Lucas, el “insustituible”, en sustituible.
El fútbol dará al
catalán la oportunidad de jugar de inicio el partido decisivo, el más
importante para el equipo vigués en los últimos cinco años, el encuentro del
ascenso. Sea como sea su actuación, De Lucas ya habrá cumplido. Su aportación
al posible éxito final de este equipo ha sido cuantiosa, siendo una pieza
fundamental del esquema de Paco Herrera. Si finalmente se consigue el objetivo,
pocos en el equipo deberían recibir más aplausos que él, y es que si el Celta
llega a la última jornada a tan sólo un punto de certificar el ascenso es en
gran parte gracias a su fútbol. No obstante, que nadie descarte una aparición
estelar del 22 celeste. Los grandes partidos son para los grandes jugadores y
De Lucas puede ser determinante incluso sin querer.
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