Cuando la demanda es mayor que Balaídos


Foto: M. Moralejo 
Ni los más optimistas del lugar se imaginaban algo así. El Celta agotó el papel para el último encuentro de Liga al segundo día de poner a la venta las entradas. Una respuesta sorprendente, especialmente viendo las asistencias a Balaídos durante la temporada, desbordó las previsiones más optimistas y provocó algún malentendido con peñas que habían reservado entradas y tenían la palabra del club. Por vez primera en la temporda, la demanda supera a la oferta. Ni tan siquiera en el derby, donde las entradas se vendieron con mayor antelación y no se agotaron a cinco días del partido. 

¿Qué ha pasado para esta explosión de celtismo en la ciudad? Es difícil de explicar. Y tampoco sé si se corresponde exactamente a eso, pero el caso es que mucha gente volverá  Balaídos después de mucho tiempo. El partido es goloso, ya que la expectativa de fiesta es importante. A casi todo el mundo le gustan las peliculas con final feliz, y esta tiene mucha pinta, aún sin ver el trailer, de que acabará bien. Ni tan siquiera la incertidumbre del espectáculo, si se cumplen los vaticiones más pesimistas que hablan de poco fútbol y mucha especulación, han impedido que se desate la euforia y que la gente se abalanzase a las taquillas en busca de sus entradas para el partido. 

Se llenarían dos Balaídos. O casi. Y claro, en este tipo de situaciones siempre hay grandes perjudicados. Por ejemplo aquellos que no son de Vigo o no están en la ciudad durante la semana y no son abonados. Hay muchos aficionados, seguro que alguno de los que nos lee habitualmente está entre ellos, que acude con cierta regularidad a Balaídos, que es tan celtista como el que más, y que no podrá estar en el partido más importante de los últimos cinco años porque algún seguidor del Madrid o del Barça se le adelantó aprovechando la rebaja en las entradas. ¿Injusto? Seguramente no, porque todo el mundo tiene derecho, si paga, a acudir a Balaídos,  pero tampoco es muy justo que alguien que ha navegado en un barco sin rumbo durante estos últimos años sea tirado por la borda justo cuando ya se ve la orilla. En fin, es la ley de la oferta y la demanda, y en esta ocasión, la demanda es mucho mayor que Balaídos. 

Y cierro con una aclaración que no debería ser necesaria: Aquellos a los que criticamos, seguramente no entren jamás en esta página, así que no os deis por aludidos si estáis aquí. 

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