Como el Cid Campeador


Foto: Champy
Cuenta la leyenda que el Cid Campeador, ya muerto, fue artificiosamente montado a caballo y su temible aspecto hizo huir a las tropas sitiadoras. Las leyendas no dejan de serlo, pero hay guerreros que pueden decantar batallas con su sola presencia. Algo así pudo provocar Patxi Salinas. Anunciada a última hora su presencia en el derbi, el vasco pasó reconocimiento a los jugadores del Deportivo antes del partido en el protocolario saludo. No jugó ni un solo minuto, pero su presencia en el banquillo pudo ser suficiente para que el Celta derrotase al Deportivo en el particular derbi de Liga Indoor. 

Ataviado con la camiseta celeste, esa que tanto añora, devolvió a los seguidores más veteranos el recuerdo de un central impoluto, de cuerpo entero, como se decía antiguamente. Un central de los que ya no abundan, con carácter, implicación y ese sabor a fútbol de verdad que tantas veces ha salido de las canteras de Euskadi y Navarra. Patxi Salinas fue un ejemplo como futbolista profesinal, un tipo capaz de ser capitán casi nada más aterrizar en Vigo. Un jugador capaz de enamorar a una ciudad desde su posición de defensa central. 

Ayer animó, alentó y encorajinó a los suyos, a sus compañeros. Con el 32 a la espalda, Patxi fue "Magic" Salinas. El público jaleaba su nombre, exhortaba a Ramón Carnero para que le diese entrada. "Se me puso la piel de gallina cuando escuché los cánticos de la grada", explicaba el propio Patxi en su twitter. "¡Qué orgulloso me siento de ser del Celta¡", espetó. El orgullo del celtismo es que Patxi haya vestido la celeste, haya defendiendo a fuego y sangre el escudo de la Cruz de Santiago. Yo lo tengo claro, de mayor quiero ser como él. ¿Y tú? 

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