Inercia positiva


Foto: Marta G. Brea
La vida sonríe al Real Club Celta. Parece como si el fútbol le estuviese devolviendo poco a poco lo que le ha hurtado durante estos últimos cinco años. Sin hacer un juego brillante, muy inferior al de otras citas, los de Paco Herrera firmaron la goleada más escandalosa de la temporada, destrozando a un Numancia al que lastró su endeble armamento defensivo.
   
Cuatro pases y medio le hicieron falta a los vigueses para sentenciar el encuentro a los 15 minutos. El perfil izquierdo de la retaguardia numantina, ocupado por un desastroso Cabrera, sirvió de autopista para un De Lucas que continúa engordando su estadística de asistente, regalando sendos tantos a Aspas y Bermejo.
   
Quizás resulte chocante leer esto con un marcador tan abultado, pero los celestes no jugaron un buen partido durante el primer tiempo. Perdieron el control del balón ante un equipo muy pobre en recursos y que demostró una alarmante falta de mordiente en los minutos finales. Si a esto le sumamos que el carril zurdo fue una mina de oro de la que también se aprovechó Orellana para servir en bandeja a Aspas el tercer gol, explicamos un 3-0 al descanso que por fútbol el Celta no había merecido. Mejores primeras partes han terminado con marcadores más reducidos. Es lo que tiene vivir en las nubes.
   
La segunda mitad fue otra historia. Un ferrolano con el 21 a la espalda tomó las riendas del juego y puso en marcha la maquinaria de fútbol. Todo es más fácil si la pelota pasa por Álex López, un futbolista diferente, quizás el más completo de la plantilla. Siempre toma la decisión correcta, siempre sabe qué hacer en cada momento. Dejo  dos o tres pases al espacio dignos de un jugador de otra división y orquestó a su antojo el fútbol de los célticos, quienes incrementaron su ventaja con dos dianas de Orellana y Toni.
   
Un Celta a medio gas goleaba a un Numancia abrumado por el potencial ofensivo vigués. Ola y Rianxeira se sumergieron en el excepcional ambiente de las gradas, de nuevo con muy buen aspecto. 16.500 celtistas disfrutaron del momento triunfal de un equipo que es líder provisional, que ha igualado su racha histórica de victorias y que parece tocado por una varita mágica. Todo funciona, todo marcha sobre ruedas, todo sale a las mil maravillas. El Celta podría jugar hoy a la lotería y probablemente obtendría el premio gordo. Esa inercia positiva que convierte a los mejores en campeones parece haberse instalado en la ciudad olívica y es el mejor aval para creer en un ascenso que ya está un pasito más cerca.

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