A bailar en Zorrilla


Foto: Ricardo Grobas
Álex, de Centolos, sostiene: "Es envidiable la buena relación que existe actualmente entre las peñas del Celta". Opinión que el viaje a Valladolid de este sábado constata. Miembros de Comando Celta, Irmandiños, Carcamáns y Centolos se reúnen en Balaídos. Ultiman los detalles del desembarco en Pucela. Acuden limpios de traumas, aunque también cautos. "La palabra ascenso está prohibida en la grada", revela Álex.

Difícil pronosticar cuántos aficionados célticos viajarán a Valladolid. Las entradas se despachan in situ, en las taquillas del Nuevo Zorrilla. Diez autobuses saldrán desde Balaídos. La mayoría de seguidores realizarán el viaje en sus propios vehículos. El presidente de la Federación de Peñas calcula que serán un millar, pero ya advierte David, que ejerce como portavoz de Comando Celta: "Da igual cuántos seamos. En cualquier campo de España siempre hay un grupo de celtistas haciéndose notar".

Peñistas de Comando, Centolos, Irmandiños y Carcamáns se reúnen en el local del primer colectivo en Balaídos. En las espaldas de muchos, miles de kilómetros de asfalto devorados por amor al Celta. David viajó la pasada temporada a Albacete, Barcelona, Valladolid, Alcorcón, Salamanca y Granada. Nueves horas de ida y otras tantas de vuelta a la ciudad andaluza. Aunque fue en Liga, sin el dramático final de lo sucedido en la promoción. Eso lo vivió Álex, de Centolos, que reconoce: "Fue un golpe muy grande y doloroso. Por eso la palabra ascenso está prohibidísima". Álex prefiere mezclar "cautela" y "optimismo" porque el celtismo "pasa muchas veces del pesimismo absoluto a comerse el mundo. Es cierto que el partido contra el Valladolid se afronta con confianza".

Álex exprime los instantes de ilusión. Percibe que corre sangre fresca por las venas de la masa social. "Llevo 20 años de socio, 15 en la peña. Y me agrada ver a la gente moviéndose para organizar iniciativas. Fue sensacional ver a 16.000 espectadores ante el Almería, en un partido televisado. Todos disfrutamos".

David otorga su beneplácito a la oferta del club, que ante el Almería como ante el Numancia pone tres entradas a disposición de cada abonado por 10 euros (5 para Fondo). "Respetan al abonado. Pero deben ser puntuales para no devaluar el carnet". Así que propone que se repitan, pero ya hacia el horizonte final de la campaña.

Comando o Centolos son peñas de largo recorrido vital. Irmandiños acaba de unirse a la familia. Nació como reacción corajuda al disgusto del penalti de Michu. Savia nueva, poderosa. Sus fundadores se marcaron como reto reclutar a 50 aficionados. Ante el Almería más de 200 animaron a la escuadra desde su hogar de Río Bajo. "No nos lo creemos", reconoce Miguel.

Irmandiños aporta cánticos y "tifos" nuevos a los tradicionales del estadio. Twickenham, cuando la selección inglesa de rugby agrada, canta "Sweet chariot". Irmandiños, si el Celta se despega en el marcador, ejecuta un baile muy concreto. Se lo han copiado a los hinchas del Lech Poznan polaco. Abrazados de espaldas al campo, bailan mientras entonan el "Celta, lo, lo, lo". "Es una forma de celebrar el triunfo después de haber sufrido durante todo el partido. Ojalá podamos hacerlo con todos los que viajen a Pucela porque significaría que el encuentro está ganado".

Armando Álvarez / Faro de Vigo 

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