¿Tiene envidia o miedo el Señor Lendoiro?


Foto: Marca
Augusto César Lendoiro volvió a protagonizar ayer otro de esos espectáculos a los que nos tiene acostumbrado. Se ha paseado por cuanto plató o estudio radiofónico se lo ha permitido para llorar por su situación económica, de la que son responsables todos menos él, una cosa verdaderamente curiosa. Después de años de excesos y tras una vida por encima de sus posibilidades, el presidente deportivista cree que la culpa la tienen el Zaragoza o el Mallorca, por poner dos ejemplos. En definitiva, culpad a todos menos a mí.

Pero si algo le gusta a Lendoiro es embadurnarse en el charco del populismo barato, facilón, de ese que casi nunca falla. Y nada mejor para eso que nombrar al Celta, despreciarlo, acusarlo de poca ética, etc, etc. Le vale cualquier cosa, lo mismo aprovecha la presentación de un entrenador para decir que en el norte tienen buen gusto futbolístico, cosa de la que carecemos en el sur, como para criticar abiertamente y sin escrúpulos el proceso concursal del Celta, que fue exactamente lo que leímos ayer.

Lendoiro reconoció sentir envidia por la situación económica del Celta, más concretamente por la "inmoral quita" obtenida  y se permitió el lujo de juzgarla y sentenciarla. "Es un caso único en el fútbol español". No sabemos si se refiere al impecable proceso concursal llevado a cabo por Chaves, Mouriño y compañía, o al hecho de que, por vez primera, un presidente de un club, Horacio Gómez fue juzgado por los atropellos económicos cometidos en el club en su epoca de máximo mandatario. La cuestión es: ¿Envidia Lendoiro la quita obtenido por el Celta o teme las consecuencias que una mala gestión puede conllevar?.

De temas judiciales no sabemos más que él, desde luego, que para eso se pasa varias horas del día en ellos, pero Lendoiro, desde luego, no es  tonto. Le lleva viendo muchos años las orejas al lobo, y aunque las va tapando como puede, y la ceguera les impide a muchos verlas, están ahí. Las cuentas que presenta el club son extrañísimas, el deficit real cada vez mayor, y el margen de maniobra inexistente, pero ahora resulta que todo ha sido provocado por el descenso del año pasado.

Convendría recordarle a Lendoiro que sus taquillas estuvieron embargadas, que no pudo inscribir jugadores por deudas con Hacienda, que somos todos, y muchas más cosas antes del descenso a Segunda. Está bien reconocer que es dificil gestionar un club y que la crisis aprieta a todo el mundo, pero, ¿A qué viene nombrar al Celta? No seré capaz jamás de pensar que lo ha hecho para distraer la atención de la realidad con un mensaje populista que llene de satisfacción a todos esos aficionados del Depor, los menos, que se regocijan llamándonos "Vigo", un "insulto" bastante desconcertante. ¿Tiene envidia o miedo el señor Lendoiro?

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